Hasta ahora, las regiones al norte del río Duero han tratado al lobo como una especie cinegética, lo que ha permitido ir matando a un determinado porcentaje
El gobierno español prohibió la caza de lobos en todo el país a partir de este jueves, una decisión que alegró a los ecologistas pero provocó la ira de Cantabria, Asturias, Galicia y Castilla y León, que albergan la gran mayoría de la población de estos animales, y prometieron presentar un recurso legal.
Hasta ahora, las regiones al norte del río Duero han tratado al lobo como una especie cinegética, lo que ha permitido ir matando a un determinado porcentaje, como en Cantabria, donde a fines de julio se decidió eliminar 34 lobos (el 20% de la población) en 2021.
Para unificar las normas en el país, el gobierno prohibió su caza en toda la península, como en Francia e Italia.
«Tratándose de una especie única como el lobo ibérico, la responsabilidad de su conservación corresponde a la totalidad de los territorios», del país, argumentó a la agencia AFP el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán.
Mientras los ecologistas se congratulan por «este avance importante para la conservación de esta especie», asociaciones de agricultores como la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) consideraron «incomprensible que comunidades que no tienen lobos nos impongan su ecologismo radical».
La ganadería extensiva, en la que los animales pastan al aire libre, supone una fuerte inversión frente a los depredadores.
Cree que deberían indemnizarlos con 150-170 euros por cada animal muerto por un lobo, y hacerlo sin demoras.
Sin poner una cifra, el Ministerio de Transición Ecológica prometió «recursos financieros al ganadero que conviva con lobos u osos, ya que requiere un tratamiento especial, admitieron las autoridades.