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Líderes del mundo vuelven a la ONU en la tradicional cita anual y ante múltiples crisis


Tras casi dos años de pandemia, gran parte de los líderes del mundo volverá hoy a encontrarse en la sede principal de las Naciones Unidas en Nueva York

 

Tras casi dos años de pandemia, gran parte de los líderes del mundo volverá hoy a encontrarse en la sede principal de las Naciones Unidas en Nueva York, Estados Unidos, para la cita anual de la apertura de la Asamblea General, un evento en el que se plasmarán las múltiples crisis que enfrenta actualmente el planeta.

El secretario general del organismo, Antonio Guterres, marcó el terreno al señalar que esta nueva reunión -que tendrá la vista puesta en Afganistán, la desigual distribución de vacunas y la profunda crisis económica, entre otros temas- lanzará un «grito de alarma» por la situación «muy peligrosa» en la que está el mundo.

«Es necesario restablecer la confianza. La división geoestratégica actualmente en el mundo es un obstáculo», dijo Guterres, y añadió que el planeta está «verdaderamente en una situación muy peligrosa» y se necesita «un grito de alarma para los responsables políticos».

El estadounidense Joe Biden, el brasileño Jair Bolsonaro, el turco Recep Tayyip Erdogan, el alemán Frank-Walter Steinmeier, el británico Boris Johnson, el israelí Naftali Bennett, el español Pedro Sánchez, y el venezolano Nicolás Maduro ya anunciaron su presencia.

Sin embargo, estarán ausentes Alberto Fernández -que envió un mensaje grabado-, el francés Emmanuel Macron y el mexicano Andrés Manuel López Obrador, entre otros.

Rusia y China estarán representados por un miembro gubernamental, lo que es un mensaje para Washington de que «la llegada al poder de Joe Biden tiene escaso impacto en sus posiciones», indicó Richard Gowan, del centro de reflexión International Crisis Group.

Desde enero, los aliados europeos se vieron sorprendidos por la ausencia de cambios notables en la gestión actual con la de Donald Trump, respecto a la política internacional de Washington, sobre todo respecto de China.

La semana pasada, Francia lo comprobó con la firma de una alianza entre Estados Unidos, Australia y Reino Unido que le supuso la pérdida de un millonario acuerdo con Canberra para la construcción de submarinos.

Afganistán, que volvió a manos de los talibanes, estará en el centro de las discusiones, para defender los derechos de la mujer y evitar que el país caiga en una crisis económica y humanitaria.

Lo mismo ocurre con Myanmar, dirigida por una junta militar que la comunidad no reconoció, o Guinea, teatro de un reciente golpe de Estado.

La lucha contra el cambio climático y la pandemia de la Covid-19, en particular el acceso a las vacunas, estarán en el centro de los debates.

«Vamos en la mala dirección en todos los campos. Es totalmente inaceptable que haya países donde el 80% de la población esté vacunada y en otros solo el 2%», denunció la semana pasada Guterres.

A eso se añade la recuperación económica «muy injusta» que crea «una división entre el Norte y el Sur» que aparece ya en la lucha climática, aseguró.

Por Irán, participa el canciller de Irán, Hosein Amirabdolahian, quien adelantó la posibilidad de que Teherán mantenga reuniones sobre el acuerdo nuclear en paralelo a la Asamblea General, aunque, según indicó el vocero de la cartera, Said Jatibzadeh, en principio no está planeado que se reúna con funcionarios estadounidenses.

La 76ª sesión de la Asamblea General es la primera ocasión en la que los líderes de todo el mundo podrán reencontrarse en persona tras celebrarse su 75º edición en 2020 de forma principalmente virtual por el coronavirus.

Aunque la ONU goza de extraterritorialidad, como su sede está en Nueva York las autoridades locales y hasta de Estados Unidos hicieron un llamado a que cualquier movimiento o presencia de enviados de cualquier parte del mundo a la asamblea en las calles de la ciudad debía respetar los protocolos sanitarios que rigen para restaurantes, pabellones deportivos, cines, museos, centros de convenciones, etc, que exigen certificado de vacunación contra la Covid.

Concretamente, las autoridades locales temen que esta sesión, con sus miles de participantes, pudiera convertirse en un «evento de superpropagación» del coronavirus, dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, informó la agencia de noticias AFP.

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que es el primero en hablar hoy aunque se negó a adelantar de qué tratará su discurso para evitar críticas, ya está en Nueva York pese a no estar vacunado.

Aún si la ONU terminó aceptando la presencia de líderes no vacunados, mantendrá las restricciones: es obligatorio el uso de barbijo y la distancia sanitaria, un máximo de siete personas por delegación en el recinto, cuatro en el anfiteatro de la Asamblea General y reducción de las reuniones bilaterales al mínimo.

Por último, se creará un centro de vacunación móvil con el fármaco estadounidense de dosis única Johnson & Johnson para los invitados de las misiones oficiales que deseen vacunarse.