Según estudios privados, hubo una "cierta reducción hasta junio para después amesetarse" en torno a ese valor
La inflación de agosto se ubicará «apenas unas décimas por debajo» del 3 por ciento, en un contexto en el que mostró «cierta reducción hasta junio para después amesetarse» en torno a ese valor, según estimaciones privadas.
«Esta menor volatilidad mensual de la inflación producto de los controles de cambios exige de una mayor dureza fiscal y monetaria para atacar el fenómeno, y a la vez estrategias que lidien con la inercia y las expectativas«, consideró el estudio de Analytica Consultora.
En ese sentido, remarcó que estabilizar los precios desde una inflación consolidada como la actual «requiere, además, acuerdos políticos de múltiple espectro (con empresarios, con sindicatos, con movimientos sociales) y cierto grado de reformas estructurales que complementen la política económica«.
En ese sentido, evaluó que con los controles de cambios y una vez superados los impactos de precios asociados al acuerdo con el FMI, «la inflación se comportaría en línea con lo observado en estos últimos dos años, incluso con menor dispersión».
«El principal objetivo del Gobierno debería ser acelerar el desplazamiento hacia la izquierda de la distribución de
frecuencias de la tasa de inflación», indicó.
«En una muestra más de sus habituales giros violentos, la economía argentina pasó de un régimen de tipo de cambio con flotación libre y flexibilidad absoluta en el ingreso y salida de divisas a un férreo control de cambios«, analizó. Y sostuvo que ese cambio de régimen cambiario que se instaló desde fines de 2019 «genera una significativa concentración de la inflación mensual respecto de su valor central».
«Sin embargo, de no modificarse ciertas condiciones básicas, promete perpetuar una inflación alta y estable», alertó.
El sondeo pronosticó que, dadas las fuertes restricciones para generar dólares, «no parece factible el retorno inmediato a un régimen de plena flexibilidad cambiaria«. «En consecuencia, la anatomía actual de la inflación se consolidará», estimó.
En tanto, subrayó: «En el corto plazo, el acuerdo con el FMI implicará seguramente ciertas correcciones de precios relativos, por lo que la distribución de la inflación puede volver a registrar extremos como los del período de flexibilidad cambiaria, y un nuevo corrimiento hacia la derecha de la distribución, quizás pasando de la zona del 3% al 3,5%».
El estudio vaticinó que «finalizada la etapa de reacomodamiento, no será posible volver a un régimen sin restricciones, ya que la etapa fácil de emisión de deuda pública en los mercados externos está agotada«.