La jueza porteña se molestó luego de que sus superiores se hayan entrometido en la organización de la votación del domingo
La jueza electoral María Servini y sus superiores, los camaristas del fuero nacional electoral, se volvieron a cruzar hoy, esta vez por la organización de los comicios y a pocas horas de las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso) del próximo domingo.
Las críticas van y vienen desde ambos lados, todo ante la mirada del presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz.
La pelea la comenzó Servini al acusar a sus superiores de haberse entrometido en la organización de la votación del domingo, por dictar una serie de recomendaciones para todos los jueces electorales en medio de la pandemia de coronavirus y los cuidados que implican un proceso como éste.
Esa queja de Servini fue ante el titular de la Corte, luego de que la Cámara Nacional Electoral estableciera un protocolo del proceso electoral.
El nuevo capítulo lo abrieron este viernes los integrantes de la Cámara Nacional Electoral con su respuesta a la jueza porteña.
Los camaristas recordaron que a ellos le impusieron «potestades reglamentarias, operativas y de administración», y que incluso se hicieron encuentros -en uno de los cuales participó Servini- con todos los jueces electorales del país para sugerir estos protocolos.
«Así, esta Cámara -único tribunal especializado del país, con competencia electoral exclusiva- participó en múltiples reuniones de expertas y expertos electorales, en el marco de la Red Mundial de Justicia Electoral y se invitó a todos los jueces y juezas del fuero a reuniones consultivas que se llevaron a cabo en modalidad virtual, y en una de las cuales participó activamente la magistrada presentante para compartir ideas y aportes tendientes a establecer un protocolo para las distintas etapas del proceso electoral, teniendo en cuenta el carácter federal de nuestro país y las realidades diversas de cada una de las jurisdicciones», informó la Cámara a la Corte Suprema de Justicia.
Sobre la queja de Servini, la Cámara dijo que sus dichos generan «confusión y estrépito en el electorado, en un contexto delicado como el que atraviesa la ciudadanía y lejos de promover la confianza en las instituciones, abundan en el descrédito y l-a desazón de quienes deben cumplir sus obligaciones cívicas».