"Heredé un monstruo que no se podía derrotar fácil ni rápidamente", dijo el expresidente en relación a la corrupción y la gobernabilidad en su país y aseguró que se marchó sin combatir "para salvar a los seis millones de ciudadanos de Kabul"
El expresidente Ashraf Ghani, quien abandonó Afganistán el 15 de agosto ante la llegada de los talibanes a Kabul, pidió disculpas este miércoles al pueblo afgano por no haber sabido ofrecerle un mejor futuro y, aunque no dio detalles sobre su huida, sí aseguró que es «categóricamente falso» que huyese con dinero oculto.
«Es con un profundo pesar que mi propio capítulo terminó con una tragedia similar a la de mis antecesores, sin garantizar la estabilidad ni la prosperidad (de Afganistán). Pido disculpas al pueblo afgano por no haber logrado que las cosas terminasen de manera diferente», declaró el expresidente en un comunicado, informó la agencia de noticias AFP.
Ghani, exiliado en Emiratos Árabes Unidos, explicó que huyó el 15 de agosto «después de que los talibanes entrasen inesperadamente» en la capital y para evitar un enfrentamiento armado.
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que Ghani le prometió la noche antes de exiliarse que estaba «preparado para luchar hasta la muerte», lo que en principio descartaba la huida que finalmente terminó produciéndose.
«Creí que era la única manera de mantener en silencio las armas y salvar a los seis millones de ciudadanos de Kabul», alegó Ghani, según recogió la agencia de noticias Europa Press.
Agradeció la labor de quienes se sacrificaron por Afganistán y expresó su «profundo lamento» por el hecho de que su etapa como presidente concluyese con una «tragedia» similar a la de sus predecesores, «sin asegurar la estabilidad y la prosperidad» a un país que se asoma ahora a una nueva etapa de los talibanes en el poder.
«Me disculpo ante el pueblo afgano por no haber logrado que fuese diferente», dijo Ghani en un comunicado publicado en sus redes sociales.
El Gobierno de Estados Unidos no ocultó su malestar con las autoridades afganas y, en particular, con Ghani, con el que no consta ningún contacto desde que saliese de Afganistán.
El expresidente evitó expresamente valorar los acontecimientos que terminarían llevándolo a abandonar Afganistán, a la espera de pronunciarse de forma más precisa a este respecto «en un futuro cercano».
Ghani sí quiso dejar claro que no huyó «con millones de dólares propiedad del pueblo afgano», como llegaron a decir sus detractores en estas últimas semanas.
Estas acusaciones -agregó- «son completa y categóricamente falsas».
«La corrupción es una plaga que ha lastrado Afganistán durante décadas y la lucha contra la corrupción ha sido el foco central de mi labor como presidente. Heredé un monstruo que no se podía derrotar fácil ni rápidamente», enfatizó Ghani, quien defendió su transparencia durante los últimos años e incluso se ofreció a que la ONU o cualquier otro organismo independiente audite su fortuna.
La huida de Ghani supuso la vuelta al poder de los talibanes, que ayer configuraron un gabinete con personalidades de la vieja guardia y sin concesiones a minorías o mujeres.
Blinken está inmerso en una gira que lo llevó por Qatar y ahora a Alemania, donde se citó hoy con su homólogo Heiko Maas, con quien mantendrá un encuentro, convocado en una base aérea estadounidense y al que se sumarán por videoconferencia otros ministros de Exteriores, para tratar la crisis afgana.