Una árbitro elevó la denuncia y señaló que debido a esa situación decidió dejar la actividad
La Confederación Argentina de Básquet (CAB) suspendió a un integrante de la entidad denunciado por acoso sexual por parte de una árbitro, quien señaló que debido a esa situación decidió dejar la actividad.
Mediante un comunicado oficial, la entidad explicó que tras la denuncia se «activó el protocolo interno» por violencia de género «tras la acusación de la árbitra Bianca Tedesco y suspendió de manera inmediato al denunciado». En ese sentido, explicó que fue notificado de lo sucedido «por la Secretaría de Deportes de la Nación de la existencia de una denuncia penal por acoso sexual en el arbitraje argentino (de parte de la jueza Bianca Tedesco)».
Asimismo puso «de forma urgente en funcionamiento su protocolo contra la violencia de género y, garantizando el derecho de defensa de la persona denunciada -aún no imputada judicialmente-, ordenó de forma inmediata la suspensión provisoria del denunciado en ejercicio de sus funciones» profesionales, correspondientes a la disciplina. «Con esta decisión, se busca proteger de manera efectiva y urgente a la víctima de la violencia de género denunciada», agregó.
En sus redes sociales, Tedesco denunció que sufrió situaciones de acoso sexual, y cansada y angustiada de eso decidió dejar el referato. «Me eriza la piel recordar las vivencias, mensajes audios, situaciones de acoso sexual que naturalicé creyendo que está bien que esto suceda o si quiero seguir dirigiendo voy a tener que soportarlo, no queda otra . En realidad sí quedaba otra, pero era demasiado dolorosa la opción de reconocer lo que había vivido y aprender de eso para comunicarlo», agregó.
Me encuentro sentada frente a la pantalla y mis dedos se mueven en lo que parecen ser un montón de cuadraditos de plástico mientras por dentro se desata un tsunami que distribuye con fuerza mis emociones hacia diferentes partes de mí. pic.twitter.com/sUIIl6DONR
— Bianca Tedesco (@biancaatedesco) September 4, 2021
En ese sentido, puntualizó: «De acá a mucho tiempo seguiremos siendo las conventilleras que abren la boca para hacer quilombo, y realmente lo agradezco (lo del quilombo, claro). Si estas conventilleras no se expresaran, nos seguirían violentando, hostigando, violando, acosando, silenciando, sometiendo y matando. Si hoy hablo es porque no puedo más. Porque mi salud mental pasó por estados que no son directamente proporcionales con la exigencia de mi trabajo, sino con el hostigamiento y acoso sexual que recibí en un ambiente netamente machista e injusto para quienes sólo quisimos trabajar y hacerlo bien».
Tedesco señaló que tiene el «corazón desgarrado, los ojos hinchados y la tranquilidad de haberlo dado todo. Afortunadamente, hoy todo está en manos de la justicia».