Así lo señaló la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social con el fin de reactivar las economías más castigadas por la pandemia
Tras el desembolso de USD 650.000 millones en Derechos Especiales de Giro (DEG) por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (Latindadd) llamó a los países de la región a utilizarlos para enfrentar la crisis social provocada por la pandemia y reactivar las economías de la región y el mundo más castigadas.
La organización publicó el Manual de uso de los DEG para fines fiscales, orientado a autoridades políticas, funcionarios ministeriales y a líderes de la sociedad civil y que sirve como una guía jurídica, contable y financiera para que los DEG puedan utilizarse en el presupuesto fiscal.
«Pareciera que la única opción brindada es guardarlos como reservas internacionales. No obstante, las apremiantes necesidades económicas, sociales y sanitarias de los países de ingresos medios y bajos, los más afectados por la pandemia, motivan a buscar alternativas para que la emisión sirva en el proceso de reactivación y atención frente a la Covid-19”, advirtió en el texto.
El manual, elaborado por el economista ecuatoriano Andrés Arauz, demuestra que los DEG son propiedad de los países y no de los bancos centrales.
Por ejemplo, en Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido son los ministerios los titulares de esos derechos.
En el trabajo se mencionan experiencias pasadas de uso fiscal de los DEG emitidos en 2009 por parte de países en América Latina, Europa y África, a la vez que se señalan cuatro caminos para que los bancos centrales cooperen con los gobiernos y faciliten el gasto en necesidades esenciales de la población.
A la vez, señala una serie de recomendaciones y alternativas de uso por parte de las unidades financieras de cada país como emisión de certificados, opciones de financiamiento y pago como dividendos.
«Con una proyección de caída del Producto Interno Bruto (PIB) del 7,1% en 2020 para América Latina, la más alta del mundo y 45 millones de nuevos pobres, un esfuerzo fiscal de apenas 4,6% del PIB para ese mismo año ha resultado insuficiente», indicó la entidad.
«Peor aún, las perspectivas de austeridad fiscal, incluso a partir de 2021, cuando América Latina sigue siendo el epicentro de la pandemia, auguran una recuperación más lenta, que según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) podría tardar -al menos- una década», concluyó.