En su informe económico de septiembre, la FIDE destacó que "la sostenibilidad de esta fase de crecimiento está condicionada a la disponibilidad de divisas"
La Fundación de Investigaciones para el Desarrollo Económico (FIDE) consideró este domingo que sus proyecciones para el crecimiento económico de la Argentina para 2021 son del 7,5%, al tiempo que una amplia gama de sectores ya registra un nuevo piso de producción superior a los niveles de prepandemia.
En su informe económico de septiembre, la FIDE destacó que «la sostenibilidad de esta fase de crecimiento está condicionada a la disponibilidad de divisas», aunque señaló que «es previsible que en los próximos meses persistan las presiones dolarizadoras, con sus consecuencias en los mercados alternativos del dólar y las reservas».
Más adelante, el documento detalla que «el desembolso de los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI cierra los compromisos externos de 2021. La gran incógnita es cómo se dará el proceso de refinanciación de vencimientos de deuda con el FMI y otros acreedores internacionales el año que viene».
En cuanto a la actividad económica, FIDE remarca que en el acumulado anual del primer semestre, «la economía registra un crecimiento del 9,7% versus 2020 y frente a 2019 la actividad se encuentra un -2,1%».
En los sectores, el informe indica que «la industria y la construcción resultan ser los componentes más dinámicos de la recuperación. Entre los sectores que más crecieron en el acumulado interanual se encuentran: vehículos automotores (92,0%), minerales no metálicos (69,4%), maquinaria y equipo (65,7%), otros equipos (69,9%). En el acumulado contra 2019 se destacan: vehículos automotores (9,7%), maquinaria y equipo (39,5%), minerales no metálicos (7,1%), caucho y plástico (7,4%)».
La FIDE enfatizó que «después de una contracción tan abrupta como la registrada durante la pandemia, lo esperable es que la economía recupere los niveles de actividad y que lo haga a una velocidad relativamente acelerada. La principal causa de la contracción económica tuvo que ver con factores no económicos, sino con restricciones sanitarias. Una vez flexibilizadas las mismas, y si el contexto no cambia, la actividad económica debería normalizarse».
En esa línea, agregó que «lo que se observa en el transcurso de estos meses es que la actividad económica ya comienza a superar los niveles prepandemia en algunos sectores. Es decir, la recuperación no solo compensa el impacto de la pandemia, sino que comienza a revertir los efectos de la pesada herencia neoliberal. A modo de ejemplo, según información del Indec el nivel de utilización de la capacidad instalada industrial a junio de 2021 es el más alto desde la crisis cambiaria de 2018».
La FIDE advirtió que existen «una serie de aspectos pendientes que tienden a condicionar la dinámica antes descripta en el corto plazo. Por un lado, se encuentra la velocidad de la trayectoria desinflacionaria, su efecto sobre la trayectoria de ingresos y su impacto sobre el consumo. Por otro, la falta estructural de dólares».
En este sentido, puntualizó que «más allá de lo sanitario, no quedan dudas de que, para que el consumo se recupere, tiene que crecer el ingreso. El consumo continúa siendo el componente menos dinámico de la demanda. Y si bien ya se observan algunas señales de crecimiento, el balance frente a 2019 permanece en terreno negativo».
Los últimos 5 años «han presenciado un desempeño muy malo de los salarios. Y lo que va de 2021 tampoco fue la excepción. Según el Indec, los salarios reales del sector privado registrado a junio 2021, tienen una contracción del 3,1% respecto a junio de 2020, una caída del 6,5% respecto a junio de 2019 y del 18,3% respecto a diciembre de 2015».
Finalmente, la FIDE sostuvo que «con un piso inflacionario más alto que el inicialmente proyectado, consideramos que el crecimiento del salario real resulta ser un aspecto indispensable para consolidar la recuperación. En el caso de los precios, según nuestro relevamiento online en supermercados para productos de la canasta básica alimentaria y la ponderación de aumentos indirectos, estimamos una inflación en torno al 2,7% en agosto, en tanto, nuestras proyecciones anuales arrojan un aumento de precios a diciembre 2021, punta a punta, en el orden del 45% anual».