CLG dialogó con Silvia, coordinadora de esta institución barrial ubicada en Francia y Junín que ayuda a un barrio humilde rodeado de opulencia
Allá por marzo de 2020, cuando el coronavirus arribó a la Argentina y la cuarentena obligatoria se decretó en todo el país, se produjo un impacto social y económico que aún un año y medio después se sigue sufriendo. En ese entonces, por la falta de trabajo y changas, la demanda alimentaria en los barrios populares se disparó drásticamente, lo que provocó el nacimiento de numerosos comedores, merenderos y ollas populares impulsados por los propios vecinos. Uno de ellos fue «Volver a Empezar», un centro barrial que se irguió en el corazón del barrio Refinería, y que hoy sigue ayudando a quienes más lo necesitan.
Esta institución, que comenzó como olla popular, pasó a ser comedor y hoy es un merendero, tuvo sus inicios durante los tiempos de cuarentena estricta, cuando la situación en los barrios vulnerables era crítica y la necesidad de un plato de comida era inmensa. Fue Silvia, junto con un grupo de vecinos, quienes le dieron el puntapié inicial a «Volver a Empezar», hoy ubicado en Francia y Junín.
«Es el único barrio humilde que quedó entre todos los gigantescos edificios», cuenta a CLG Silvia, la actual coordinadora del merendero, sobre el barrio Las Malvinas, mejor conocido como Refinería, postal del irrisorio contraste entre humildad y opulencia.
«Al merendero lo abrimos en plena pandemia, en abril del 2020. Yo tenía mi trabajo, como la mayoría de la gente del barrio, pero durante la cuarentena lo perdieron. Acá la mayoría vive del día a día, salen a carretear», explica, en referencia a las 75 familias que viven allí.
La idea de comenzar a poner un plato caliente en las mesas del barrio surgió durante abril: «Con todos los vecinos decidimos hacer una olla popular, que cada vecino ponga un poquito y así poder cocinar al menos una vez por día, porque estaban muy mal las cosas».
Así fue como comenzó «Volver a Empezar», y hasta el día de hoy continúa firme, aunque no sin dificultades: «Arrancamos el año pasado y hasta ahora seguimos. Hoy la gente ya puede salir con sus carretas y trabajar, pero la demanda sigue».
«Hace tres meses dejamos de cocinar y ahora seguimos entregando la merienda dos veces por semana a unos 80 chicos, además de entregar bolsones de alimentos mensuales a las familias», explica Silvia.
Sin embargo, todo el trabajo del merendero depende de la colaboración de la gente: «Dependemos de las donaciones. La Municipalidad nos ayuda a través del Banco de Alimentos con una entrega por mes, y un subsidio de $8.000 para las garrafas. Todo lo demás son donaciones de la gente. Aunque sea un paquete de galletitas o un sachet de leche, a nosotros nos sirve».
Recientemente pudieron festejar el Día de las Infancias: «Me trajeron muchas donaciones por el Día del Niño, tanto juguetes como golosinas y alimentos, entonces armamos un festejo y repartimos todo. El mes de agosto fue muy bueno en cuanto a donaciones».
Toda ayuda es bienvenida por el merendero. «Se necesita de todo un poco, tanto para la merienda como para armar los bolsones. Alimentos no perecederos, leche, galletitas, yerba, azúcar, cacao, harina, y demás», detalló Silvia.
Quienes estén interesados en colaborar con el merendero «Volver a Empezar» pueden comunicarse con la coordinadora al 3412614653 y coordinar la entrega.