La manifestación es la tercera que se registra desde que los islamistas llegaran al poder y dijeran que su Ejecutivo, que está en formación, "podría no tener mujeres" en puestos prioritarios
Los talibanes utilizaron gas lacrimógeno para reprimir hoy una marcha de mujeres que se concentraron en Kabul para reclamar ser incluidas en el próximo Gobierno afgano.
La manifestación es la tercera que se registra desde que los islamistas llegaran al poder y dijeran que su Ejecutivo, que está en formación, «podría no tener mujeres» en puestos prioritarios, informó la agencia de noticias Europa Press.
En esta ocasión, la protesta terminó con represión, después de que los talibanes impidieran el avance de las activistas con gas lacrimógeno, según la agencia de noticias afgana Tolo News, y también con proyectiles según una de las participantes, que no aclaró si eran balas de goma y de plomo.
«Usaron disparos y gases lacrimógenos para dispersarnos, incluso si cinco mujeres se reúnen en un lugar para protestar las dispersan», dijo una de las organizadoras de la protesta, que pidió preservar su identidad.
Esta es la segunda protesta de mujeres que se lleva a cabo en Kabul en los últimos dos días y la tercera desde que los talibanes llegaron al poder, después de que el pasado jueves otra veintena de afganas se congregara en Herat, una importante ciudad del oeste del país, para reclamar sus derechos en el nuevo Gobierno talibán.
Las mujeres y activistas insisten en que su papel en el nuevo Gobierno debería ser significativo.
Los talibanes les prometieron que no perderán derechos, o al menos no retrocederán a la irrelevancia que tenían en 2001, durante la anterior etapa del conocido como Emirato Islámico.
Sin embargo, dejaron en claro que la ‘sharia’ o ley islámica será la línea roja que tendrán en cuenta.
La comunidad internacional, con Naciones Unidas a la cabeza, pidió que se respeten los derechos de todos los sexos.
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Pramila Patten, explicó esta semana que la incorporación de mujeres en la futura administración será una «prueba de fuego» para constatar el verdadero compromiso de los talibán con los derechos y las libertades.