Espectáculos

Andrés Teruel: «Disfrutamos ver al público que se divierte con nosotros»


El humorista cordobés junto con Mariquena Del Prado unen fuerzas y presentarán este jueves en el Teatro Broadway "Capocómicos", un espectáculo desopilante

Por Mario Luzuriaga

El humor es y será un estado que aleja todas las malas energías, y qué mejor en estos tiempos donde vamos camino a una «post-pandemia». Es por esto que este jueves a las 20.30 llega «Capocómicos» al Teatro Broadway, un espectáculo para reír sin parar, protagonizado por Mariquena Del Prado y Andrés Teruel.

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Ambos decidieron rendir un sentido homenaje a los grandes del buen humor que pasaron por el país, y contar una historia desopilante. Aquí no faltará el humor de sus protagonistas, tampoco la música y la interacción con el público.

Antes de llegar a Rosario, Andrés Teruel habló con CLG, acerca de este show tan especial.

«Después de casi dos años sin poder hacer nada, para mí es un renacer, estamos muy contentos de poder hacer el espectáculo», cuenta el humorista.

—¿Qué vamos a ver en «Capocómicos»?

—Es un show humorístico/musical que lo hago con Mariquena Del Prado, la idea es homenajear a los «hacedores de la carcajada». Le rendimos tributo a estos grandes que nos divirtieron, y más ahora que la gente necesita eso en este momento. Hay mucho humor, sketches, música e interacción en el público.

—¿Quiénes fueron los capocómicos que te hicieron reír?

—Yo que soy de Córdoba, puedo decirte que va desde «El pícaro cordobés», pasando por el «Negro» Álvarez, Cacho Buenaventura, Doña Jovita y toda la nueva camada; de Rosario, me gusta Omar Capacci, Los Lumvrise y Saúl Showman. Mariquena (Del Prado) me parece genial en lo suyo. Cada vez que tenemos función me pongo en la pata del escenario y disfruto de su trabajo. Después de la tele fueron Olmedo, Porcel, La Tuerca, los Uruguayos y Luis Landriscina.

—No es una tarea fácil la de hacer reír al público.

—Es lo más difícil, no todos nos reímos de lo mismo. Lo que me puede parecer gracioso a mí, para vos puede ser algo tonto, por eso hacer reír es complicado; pero cuando se da la comunión con el público está bueno y la disfrutamos más que el público que está en la butaca.