"Los trabajadores estamos muy limitados y dejados de lado desde hace mucho tiempo", reveló a CLG Daniel Yofra, secretario general de F.T.C.I.O.D y A.R.A.
Los Aceiteros fueron uno de los rubros considerado esencial desde el comienzo de la pandemia. Su trabajo no cesó ni siquiera en el momento más estricto del confinamiento y desde entonces se han ido adaptando a las nuevas realidades impuestas por esta situación. CLG dialogó con Daniel Yofra, secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, al respecto.
En primera instancia el sinidicalista recordó el inicio de las restricciones por la pandemia en marzo de 2020: «Cuando sacaron el DNU de que íbamos a ser trabajadores esenciales teníamos dos opciones: una era negarnos y enfrentarnos al gobierno y las patronales a través de una huelga; y la otra era enfrentar la situación con el desconocimiento y la ignorancia que teníamos en ese momento todos de no saber cómo era la enfermedad, quién la traía». «Entonces decidimos hacer nuestro propio protocolo y negociarlo con las empresas para tratar de minimizar el riesgo de contagio que era lo único que podíamos hacer», señaló.
En esa línea trabajaron durante todo el 2020 con estrictos cuidados: «Usamos los protocolos de las empresas y le agregamos el nuestro». «Funcionó porque no tuvimos grandes contagios», remarcó.
Además, destacó: «Había entre un 10 y 15 por ciento de trabajadores considerados personal de riesgo, que se han reintegrando poco a poco». «Son quienes han recibido las dos dosis lo que han podido volver. Se está normalizando paulatinamente», aclaró. Además, indicó que en su momento, junto a los trabajadores portuarios, habían solicitado prioridad para la campaña de vacunación pero no tuvieron respuesta, por lo que se inscribieron «como cualquier ciudadano».
Por otra parte, se refirió al arreglo paritario que lograron a fines de año pasado y revisaron a mediados de este. «Nosotros hace 12 años que venimos peleando acorde a las necesidades de los trabajadores a nivel nacional. Para llegar al Salario Mínimo, Vital y Móvil, por cada necesidad que establece la ley hay un valor que lo fija el Indec. Lo que hacemos es de todas esas necesidades, ver el valor que tienen y eso nos da el resultado de cuánto cualquier trabajador debería ganar para vivir dignamente», detalló.
Entonces, señaló: «El 29 de diciembre, tras 21 días de huelga, las tres organizaciones que agrupamos más del 95 por ciento de los trabajadores firmamos un bono pandemia y un 25 por ciento de aumento».
Ese arreglo tenía una cláusula de revisión prevista para agosto que se adelantó a julio: «Logramos un básico de 110.000 pesos para un peón con la primera categoría, sin necesidad de estudios. Eso representa un 48.5 por ciento. Más un bono pandemia de 40 mil pesos que se va a dar ahora en septiembre». El bono será para quienes asistieron a los puestos de trabajo durante el Aspo.
Finalmente, en noviembre el gremio se sentará «a negociar el 2022». «Nosotros seguimos en la lucha permanente, los trabajadores estamos muy limitados y dejados de lado desde hace mucho tiempo», cerró el secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina