El Índice de Contratos de Locación (ICL), que combina evolución del salario con inflación, había dado en agosto un ajuste del 45%
La Ley de Alquileres no tuvo el efecto deseado en propietarios e inquilinos, ya que hasta ahora sumó más rechazos que aprobaciones. Los primeros quitaron propiedades del mercado, mientras que los segundos tuvieron subas de precios muy por encima de lo que venían pagando. Y al parecer, septiembre no será la excepción, ya que el Índice de Contratos de Locación (ICL) proyecta un incremento cercano al 50%.
El ICL entró en vigencia con la ley de alquileres sancionada en junio de 2020, y establece que los valores se actualizan anualmente mediante una fórmula atada a la variación de la inflación y los salarios (de acuerdo con el sueldo promedio de trabajadores estables).
A comienzos de agosto estaba en torno al 45% de suba, actualmente se ubica cerca del 47%, y se cree que en septiembre llegaría al 50%.
Es decir, si el 1° de septiembre del año pasado se firmó un contrato por tres años, de acuerdo a la nueva ley el 1° de septiembre de este año el precio se va a actualizar según el ICL, y ese será el valor a pagar durante todo este año. Al 1° del siguiente año habrá que ver qué dice el ICL y esa suba será el monto de alquiler del tercer año de contrato.
El problema es que el ICL en muchos casos supera las paritarias de los inquilinos, que ven cómo año a año tienen que hacer frente a mayores erogaciones para seguir viviendo en el mismo lugar.
A toda esta situación se le suma que para asegurarse un buen ingreso inicial (ya que luego no pueden controlar el monto a incrementar) muchos dueños fijan un alto valor para el primer año (en torno a un 64,4% según algunos informes), que termina repercutiendo en todo el contrato.
Al mismo tiempo, la notable diferencia entre el valor en dólares de las propiedades y los ajustes de los alquileres, los propietarios aseguran que resignan cada vez más rentabilidad, por lo que muchos deciden quitar las propiedades del mercado y ponerlas a la venta.