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Comienza una nueva ronda de ocho testigos con Rocío Oliva y Víctor Stinfale en la causa Maradona


Todos los testigos fueron citados a la misma hora, las 12, aunque en forma escalonada, de a uno por día y, al igual que las anteriores, las declaraciones serán de manera presencial en la sede de la Fiscalía General de San Isidro, ubicada en la calle Acassuso 476

Seis médicos o administrativos que en alguna oportunidad trataron a Diego Armando Maradona o tuvieron alguna injerencia en su última internación en la Clínica Olivos o en su externación a la casa de Tigre donde falleció, más el abogado Víctor Stinfale y la ex pareja Rocío Oliva, serán los ocho nuevos testigos que a partir del lunes desfilarán ante los fiscales de la causa, informaron hoy fuentes judiciales.

Se trata de una segunda ronda de testimoniales convocada por el equipo de investigadores integrado por los fiscales generales adjuntos de San Isidro, Cosme Iribarren y Patricio Ferrari; y la fiscal de Benavídez, Laura Capra, tras las 13 declaraciones que ya tomaron entre el 2 y el 11 de este mes, luego de la feria judicial de invierno.

Todos los testigos fueron citados a la misma hora, las 12, aunque en forma escalonada, de a uno por día y, al igual que las anteriores, las declaraciones serán de manera presencial en la sede de la Fiscalía General de San Isidro, ubicada en la calle Acassuso 476.

Allí sólo estarán presentes los fiscales y cada testigo, pero los abogados de las partes podrán participar y formular preguntas conectados a la audiencia de manera remota.

«La clave de la mayoría de estos testigos será determinar cómo se decidió que Maradona fuera externado de la Clínica Olivos luego de su cirugía por un hematoma subdural, la puja que hubo entre quienes querían internarlo para su desintoxicación y quienes optaron por llevarlo a una casa y las condiciones que debía tener esa supuesta internación domiciliaria», explicó una calificada fuente judicial.

Los primeros dos convocados son Germán Dornelli –para el lunes 23-, y Enrique Barrio –para el martes 24-, quien son coordinador y jefe de operaciones, respectivamente, de la gerencia de cuidados domiciliarios de «Ecco», que fue la empresa de Swiss Medical a la que Medidom pasaba los presupuestos para la internación domiciliaria.

Por su parte, el neurólogo Jorge Macia, quien sólo pudo ver a Maradona una vez en su casa de Tigre el 12 de noviembre, al día siguiente de su externación, fue citado para el miércoles 25 a la fiscalía.

Enviados por Medidom, Macia fue a la casa junto al médico Pedro Di Spagna –aún no citado ni como testigo ni como imputado-, que fue el único clínico en ver a Maradona durante las dos semanas de su internación domiciliaria y que sólo lo evaluó en una sola oportunidad porque luego, desde el entorno, le impidieron continuar con las visitas, con la excusa de que el paciente se sentía invadido.

Ambos integraban junto a enfermeros y médicos coordinadores el chat «Tigre», donde se reportaban las novedades sobre la internación de Maradona.

Mientras que el jueves 26 declarará el médico Fernando Villarejo, jefe de la Unidad de Terapia Intensiva de la Clínica Olivos, donde Maradona fue sometido a una cirugía por un hematoma subdural y estuvo internado entre el 4 y el 11 de noviembre.

La defensa del principal imputado, el neurocirujano Leopoldo Luque, está interesada en saber si durante los días que estuvo bajo su control en la terapia, mostró algún síntoma vinculado a una cardiopatía y los fiscales quieren conocer los detalles de aquella internación, ya que algunos reportes de la historia clínica están firmados por él.

En tanto, el lunes 30 será el turno de Pablo Dimitroff, director médico de la Clínica Olivos, quien tuvo un rol importante en relación a la externación de Maradona.

Pese a que la clínica que él dirige recomendó trasladar a Maradona a un centro especializado para tratar su adicción al alcohol, estuvo en la reunión donde se decidió y se firmó un documento que permitía su externación, pero bajo la responsabilidad de sus médicos de cabecera, Luque y Cosachov.

La sexta testigo, convocada para el martes 31, es la psiquiatra de Swiss Medical Marcela Waisman, mencionada en su indagatoria por su colega e imputada Cosachov, como la profesional de la prepaga con la que hacía interconsultas y quien también evaluó a Maradona antes de su externación.

Al día siguiente, el 1 de septiembre, será el turno de una de las testigos con las que más sorprendieron los fiscales: Rocío Oliva, la última pareja del «10».

Oliva estaba separada de Maradona desde fines de 2019 y según declararon algunos miembros del entorno, Diego estaba deprimido por ello, al punto que Morla llegó a decir en una entrevista que al exfutbolista lo mataron «Rocío Oliva, la cuarentena y la parte médica».

También se la menciona tangencialmente en la causa porque una ex pareja de su prima, Carlos Orlando Ibáñez, alias «Charly» –fugitivo de la justicia-, fue acusado y señalado por varias personas como el responsable de que Maradona tuviera acceso al alcohol, las pastillas y la marihuana, cuando vivía en la casa de Brandsen.

El octavo y último testigo para el 2 de septiembre y con el que los fiscales también sorprendieron, es el abogado Víctor Stinfale.

El penalista es ex abogado de Maradona, continuaba ligado a algunos negocios del «10» y tiene un estrecho vínculo con su colega Matías Morla, quien en uno de los audios de la causa lo denomina «el jefe» cuando habla sobre él con Luque.

Stinfale también estuvo involucrado en el proceso de la operación e internación de Maradona en la Clínica Olivos, ya que como Morla estaba peleado con las hijas del ex futbolista y no podía aparecer en el sanatorio, él llevó algunos médicos para la cirugía y participó de las reuniones junto a la familia donde se decidió la externación.

Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba la internación domiciliaria que está bajo investigación penal en la justicia de San Isidro, que imputó a siete profesionales de la salud por «homicidio simple con dolo eventual», figura penal que prevé de 8 a 25 años de prisión.