Según explicó a CLG el impulsor del proyecto, Nicolás Biolatto, se trata de “el reciclado de los aceites de cocina usados para construir jabonerías sociales y hacer un intercambio”
Por Gina Verona Muzzio
Mientras la pandemia comenzaba a sentirse en Argentina a principios de 2020, un emprendimiento de jabones artesanales llamado “Pepe Jabones” daba sus primeros pasos en Rosario. Si bien Nicolás Biolatto, impulsor del proyecto, debió adaptarse y modificar su idea original por la emergencia sanitaria, su producto y su idea se convirtió en algo mucho más grande: “E s p u m a”. Se trata de «un programa de inclusión social que tiene que ver también con el reciclado de los aceites de cocina usados (ACU) para construir jabonerías sociales, independizar y hacer un intercambio con un objetivo de impacto social y medioambiental directo”, relató a CLG.
Nicolás explicó que “E s p u m a es un programa que se basa en la formación y transformación comunitaria mediante la producción de jabón. Consiste en consolidar jabonerías sociales mediante el reciclado de aceites comestibles en comunidades marginadas. Y con eso poder lograr la integración social, la independencia laboral y favorecer el intercambio de los lazos sociales”.
Con esta impronta social y sustentable E s p u m a ya está dando sus primeros pasos en todo el país. “No es un programa de pasos, se puede entrar y salir tomando la recaída, la reincidencia como parte del programa. Se puede entrar desde distintas aristas. Es realista y posee una adaptabilidad que busca realmente generar una transformación”, expresó su ideólogo.
La primera prueba se está desarrollando actualmente en una institución privada de la ciudad de Santa Fe que se llama Cambio de Hábitos. En ese espacio contenido es donde se generará la primera jabonería.
Por otra parte, Nicolás comentó que “una escuela de la localidad de Las Petacas participa del programa sin ser una comunidad marginada, como banco de aceite”. Y detalló que la tarea de la escuela va a ser “captar el aceite de todo el pueblo y en los laboratorios destilar el aceite, impregnar con distintas hierbas y van a aportar el saber empírico de saber cómo llegaron a este resultado. Van a hacer crecer el proyecto. También aportando un capital de cariño y simbólico”.
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Un litro de aceite de cocina usado contamina mil litros de agua. Es lo que toma una persona en un año. También contamina las redes de desagüe, algo muy peligroso. “Esto es un vínculo entre los vecinos, de información e intercambio, porque no se dona el aceite usado, a cambio se le da detergente sólido por la cantidad de aceite que aporte. El detergente se produce en las jabonerías, ahí se da el primer lazo de construcción social. Sacar de circulación el aceite ya es una transformación directa sobre el medio ambiente”, desarrolló.
Mientras estas experiencias comienzan a concretarse en Santa Fe, se empieza a recolectar aceites en distintos puntos del país donde aún no hay ni jabonerías ni bancos, “esperando que se armen estas redes mucho más grandes”.
“Después hay colegas jaboneros que fabrican jabones con la materia prima que reciben de la gente y dan a cambio el detergente. Están devolviendo la intención social de que esto no sea un acto de generosidad, sino un intercambio”, indicó.
Nicolás Biolatto explicó que el programa está en la fase de financiamiento del programa, que está pensado para instituciones privadas, públicas, para adaptarse a otros programas educacionales. “Estamos hablando con UPCN para que ellos esponsoreen, también locales comerciales y empresas para fomentar y aportar al proyecto”, ahondó.
“Cualquier persona que quiera colaborar con E s p u m a, puede recolectar aceite usado en una botella plástica, si está colado bienvenido, la cierra con rosca y la tiene para cuando podamos recolectar o intercambiar. Se pueden comunicar a Pepejabones en Instagram o al 1165688910 y coordinar», sostuvo.
“Fabricamos jabones sólidos, líquidos, detergentes líquidos y jabón para manos. Estamos trabajando en el jabón para lavar la ropa. La proyección es grande y se puede colaborar desde distintos lugares. Siempre hay un ida y vuelta”, dijo.
Finalmente, Nicolás destacó: “El fin último de este proyecto es favorecer los lazos sociales y mejorar la salud poblacional tanto física como psíquica. Ya la primera transformación que es sacar de circulación los ACU ya favorece con una de las problemáticas medioambientales. Que cada uno en el reciclar en cualquier momento que comparta algo de E s p u m a ya está ayudando un montón y se carga de logros y de sentido cuando podemos capitalizar ese recurso para generar cosas buenas”.
Pepe Jabones, el paso inicial
Nicolás contó a CLG que Pepe Jabones surgió hace un año y medio. “Desarrollamos la idea de tener una jabonería con ventana al público, para vender jabón fraccionado. Vino la pandemia y no pudimos concretar la idea del local a la calle. Lo convertimos y la pegamos en la movida actual de las redes sociales y venta por diversas plataformas. Los empezamos a repartir en agosto del año pasado cuando se abrieron un poco las cosas”, señaló.
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“Son jabones naturales producidos a través de la mezcla de aceites naturales, son veganos y cruelty free. Están hechos con proceso de saponificación en frío, los jabones se consolidan y a través de un mes de curado son aptos para el consumo humano y a la vez en ese proceso en frío, hacemos que las propiedades se potencien y se mantengan en el tiempo. En el proceso en caliente se pierden, los jabones comerciales se hacen de ese modo”, agregó.
Además, en el proceso de producción de los jabones, no se generan daños químicos, ni daños de basura, porque está adherido a la política de basura cero. Los envoltorios no tienen plásticos, son de papel de caña de azúcar reciclado y es biodegradable, se puede compostar y volver a la tierra. “El impacto es cero sobre el medio ambiente”, aseguró.
Las burbujas que conforman E s p u m a
Nicolás estudió Arquitectura en la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y fue a estudiar danza al Teatro Colón, donde terminó dedicándose al vestuario y a la escenografía. “Mi formación es bastante variada, vengo de un recorrido relacionado siempre a las Humanidades. Mis padres tenían una panadería, así que también trabajé ahí. Hay algo que tiene que ver con las manos, con el hacer. Empecé a producir desde las artes visuales también”, contó.
“Con varios movimiento personales, surgió Pepe Jabones, con toda esta investigación alquímica que venía de la panadería, de transformar que empieza a derramarse por distintos lados, como la jabonería y de cómo procesar los aceites y convertirlos en jabón. Todo se encuentra en Proyecto Espuma que es lo que estamos ahora tratando de impulsar”, añadió.
“Estoy orgulloso del hecho de que funcione como un fractal. Puede realizarse a un punto muy pequeño o puede crecer a cuanto tamaño lo podamos hacer llegar. Apunta a que los usuarios puedan trabajar en su comunidad próxima y acompañarlos siempre, aunque se independicen estar siempre acompañando, sentirse en comunidad. Una red de burbujas, de ahí viene Espuma: la aglomeración de las burbujas es lo que conforma la espuma, poder unirnos”, finalizó.