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Malvinas: hallaron restos de cinco combatientes argentinos no identificados en el cementerio de Darwin


El Proyecto Humanitario se realiza con el objetivo de lograr la identificación de los restos enterrados. Se realizarán procesamientos y cruzamientos de información entre los perfiles genéticos de las muestras y las aportadas por familiares

Los restos de cinco combatientes de Malvinas fueron exhumados esta semana de una tumba colectiva en el cementerio de Darwin, en el marco de los trabajos de identificación que realiza un equipo del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), y serán trasladados al continente la próxima semana en un vuelo privado para ser analizados en el laboratorio que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) posee en Córdoba.

Así lo informó un equipo del CICR en una conferencia de prensa virtual que brindó esta tarde para dar precisiones del segundo plan de Proyecto Humanitario que comenzó este lunes en el cementerio de Darwin, con el objetivo de lograr la identificación de los restos enterrados en la tumba múltiple denominada C 1 10.

Los trabajos de campo se desarrollan cuatro años después del primer proyecto, que permitió identificar a 115 soldados argentinos gracias a las muestras de sangre aportadas por sus familiares, luego de haberse exhumado 122 cuerpos de 121 sepulturas.

Desde las islas, participaron de la rueda de prensa el jefe del proyecto, Laurent Corbaz; y el titular de la Unidad Forense del CICR, el argentino Luis Fondebrider; a los que se sumaron el jefe de la Delegación Regional del CICR, Alexandre Formisano y el representante para la Argentina, Gabriel Valladares.

Según informaron Corbaz y Fondebrider desde las islas, en la tumba colectiva «se encontraron restos de, al menos, cinco personas», y no cuatro como se pensaba originalmente, que serán traídos al continente en un vuelo privado el próximo jueves 26 para ser analizados en el laboratorio del EAAF en la capital cordobesa.

«Después de que un sacerdote bendijera la operación, comenzamos el martes los trabajos de exhumación de la tumba. Y ayer cuando abrimos la bolsa de cuerpos, nos encontramos con restos de, al menos, cinco personas. Son fragmentos de cuerpos, no cuerpos completos, esqueletizados», precisó Fondebrider, ex titular del EAAF.

No obstante, aclaró que «estos cinco cuerpos, no significan cinco identificaciones; sino que solamente significa que el proceso de identificación recién está comenzando».

A diferencia del trabajo realizado en 2017, cuando fueron exhumadas las tumbas no identificadas, con la denominación «Soldado argentino solo conocido por Dios», en este caso la labor se centra solo en una tumba colectiva –la denominada C 1 10- ubicada en Darwin, cerca de la cruz mayor que preside el camposanto.

Esta tumba múltiple no había sido incorporada en el primer proyecto ya que no se trataba de una sepultura anónima: una placa colocada en 2004, cuando el cementerio fue remodelado, consignaba que en esa fosa se encontraban los restos del alférez de Gendarmería Julio Sánchez, y de los soldados de Fuerza Aérea Héctor Aguirre, Luis Sevilla y Mario Luna.

Pero, cuando hace cuatro años se exhumaron las tumbas anónimas, se comprobó que esos tres soldados se encontraban enterrados en otras tres sepulturas individuales que habían permanecido anónimas hasta ese momento, por lo que se hizo necesario esclarecer la identidad de los restos sepultados en la tumba C 1 10.

El informe realizado por el coronel británico Geoffrey Cardoso, que fue el encargado de recoger los cuerpos en 1982 y darles sepultura, daba cuenta de que en esa tumba múltiple colocó los restos encontrados tras la explosión de un helicóptero del grupo Albatros de Gendarmería, ocurrida el 30 de mayo de 1982 en Monte Kent.

«El helicóptero explota y mueren 6 personas. Cuando Cardoso recupera los cuerpos, 3 meses después del incidente, recupera fragmentos del cuerpo de Sánchez y 3 soldados más que no pudo identificar», explicó Fondebrider, pero «cuando ayer abrimos la bolsa de cuerpos nos encontramos con restos de al menos 5 personas».

«Se encuentran esqueletizados, por la explosión del helicóptero y porque estuvieron expuestos más de 3 meses a la intemperie», precisó, en tanto que para Corbaz los restos exhumados «se encuentran en un estado de preservación bastante bueno lo que permitirá hacer un análisis preciso».

Si el clima lo permite, el mismo Fondebrider llevará las muestras el próximo jueves 26 al laboratorio de Córdoba en un vuelo privado –provisto por el empresario Eduardo Eurnekian, que desde años trabaja junto a los familiares de los caídos-.

En Córdoba, se realizarán los procesamientos y cruzamientos de información entre los perfiles genéticos de las muestras y las aportadas por familiares en el proceso de 2017, en un trámite que podría extenderse durante 2 o 3 semanas.

En la rueda de prensa, se informó también que el equipo viajará mañana a otra zona de las islas, conocida como Caleta Trullo, para investigar la posible existencia de otros restos, a partir de una denuncia de un excombatiente británico.

Fondebrider contó que se trata de un «área de 15 metros de largo por 3 de ancho donde se ve una pequeña depresión» y anunció que mañana mismo comenzarán una «excavación arqueológica» en ese lugar para poder determinar si hay restos humanos.

Además de Corbaz y Fondebrider, el equipo multidisciplinario y multinacional que se encuentra en las islas está integrado por Mercedes Salado Puerto, del EAAF, propuesta por el Gobierno argentino; el forense inglés John Clark, a propuesta del Reino Unido; y dos especialistas, uno de Estados Unidos y otro de Australia.

Por su parte, Valladares destacó que todo el proceso de identificaciones de los soldados argentinos caídos en Malvinas se inició en el año 2012, bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, cuando «el gobierno argentino solicitó la intervención neutral del CICR, que cumplió con la obligación del derecho humanitario internacional de que las familias tengan la posibilidad de saber dónde descasan los restos de sus seres queridos».

Según se precisó en la rueda de prensa, en el cementerio –que se encuentra en un paraje totalmente descampado- se desplegó una «organización muy compleja, con oficinas, electricidad, agua» y bajo condiciones climáticas adversas, por los fuertes y fríos vientos que hay en la zona.

Los trabajos forenses comenzaron el martes, luego de una oración religiosa para bendecir la operación