Así surge del indicador denominado "Changómetro", lanzado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina
Cuatro años atrás, completar un chango de supermercado con alimentos tenía un costo de $1.000, pero el efecto inflacionario lo elevó a los actuales $4.000, según un índice privado.
El informe indicó que un aumento similar, del 300%, de produjo en ese período en la ropa, mientras que en el caso de la nafta, los $1.000 llenaban un tanque, pero ahora alcanzan para diez litros».
Así surge del indicador denominado «Changómetro», lanzado por FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina).
De acuerdo con este índice, hace cuatro años se compraban 8 kilos de asado con $1.000, pero en la actualidad apenas se consigue un kilo y medio.
«El termómetro arroja que para comprar un changuito que a fines de 2017 se necesitaban $1.000, hoy tenemos que gastar más de $4.000 ($4.401)», sostiene el estudio.
«Mismo changuito, con mismos productos, cuatro veces más», afirma Natalia Ariño, economista de FADA.
Y señaló que ese aumento «no sólo pasó con lo del supermercado, también con la ropa, llenar el mismo placard nos cuesta 4 veces más. Las mismas prendas que nos comprábamos con $1.000, ahora demandan $4.000», agrega.
Dijo que la inflación «no es sólo un problema de alimentos, pasa con todo tipo de productos. En 2017, lo que gastábamos para llenar el tanque de un auto chico con 40 litros de nafta súper, ahora sólo podemos comprar 10 litros, 75% menos de nafta», advierte Ariño.
¿Y los mates? $1.000 eran 29 paquetes de yerba de medio kilo, hoy sólo se adquieren 5.
«El aumento sostenido de los precios afecta a la producción, salarios, empleo e inversiones. Además, la inflación impacta directamente sobre la pobreza. Si bien tenemos menor poder adquisitivo mes a mes, esto incide con mayor fuerza en quienes tienen menores ingresos», indicó Ariño.
«Dólar oficial planchado, congelamiento de servicios públicos y controles de precios, son medidas que no atacan las causas de la inflación y sólo contienen a corto plazo. El problema es que este tipo de políticas generan inflación futura, cuando llega el momento de ajustar las tarifas de los servicios públicos o el precio del dólar. Es decir, sólo retardan el problema y lo van haciendo más grande», señaló.
El indicador desgrana las cifras oficiales de inflación, cruzándolos con otros datos y tipos análisis para analizar el efecto en los bolsillos de los consumidores.
«Si nos vamos cuatro años atrás, con $1.000 veríamos a cuatro familias comiendo un asado, pero hoy con esa misma plata, no nos alcanza ni para una sola familia», señaló David Miazzo, economista Jefe de FADA.
«Esta puesta en imágenes cotidianas nos sirve para entender los datos duros: con los $1.000 del 2017, comprábamos 8 kilos de asado, y hoy apenas nos alcanza para un kilo y medio, en el medio perdimos seis kilos y medio», detalla.
«El problema de la inflación no son los precios, son los pesos», afirma Miazzo.
Dijo que «lo que pierde valor es el peso, cada vez necesitamos más billetes para comprar lo mismo: eso es la inflación».