"La planificación familiar tradicionalmente era responsabilidad de la mujer, ahora el hombre puede tomar un rol más activo, por ejemplo realizándose una vasectomía", destacó un especialista
(Por Victoria Peralta)
En los últimos años hay un rol más activo de los varones en torno a la anticoncepción y la planificación familiar, lo que se ve reflejado en el incremento de las consultas por vasectomía, una práctica que al igual que la ligadura tubárica debe garantizarse tanto en centros de salud públicos como privados, señalaron especialistas a 15 años de la sanción de la ley 26.130 que estableció ese derecho.
También conocida como normativa de «anticoncepción quirúrgica», esa ley, sancionada 9 de agosto de 2006, estableció que «toda persona mayor de edad tiene derecho a acceder a la realización de las prácticas denominadas ´ligadura de trompas de Falopio´ y ´ligadura de conductos deferentes o vasectomía´ en los servicios del sistema de salud.
«Estamos transitando un cambio de paradigma, hay una demanda nueva, algo está cambiando en la población -sobre todo en generaciones jóvenes-, creemos que esto es resultado de la marea verde que trajo consigo un cambio cultural en el que todo se pone en discusión como decisiones autónomas», aseguró en diálogo con Télam Carlota Ramírez, directora de Salud Sexual y Reproductiva de la Provincia de Buenos Aires.
«Ya sea porque no quieren tener hijos o porque piensan que el día que quieran van a adoptar, mujeres y varones jóvenes generaron un cambio en materia de salud sexual», apuntó la especialista y explicó que «en caso de los varones hay un incremento en la demanda de la vasectomía que estamos empezando a relevar y en caso de las ligaduras si bien no aumenta la demanda, notamos que cambió el perfil de las solicitantes».
Según la funcionaria, estas decisiones forman parte de cómo los jóvenes se interpelan no sólo en la reproducción sino también en su rol dentro de la pareja «tiene que ver con el orden de la equidad, de construir relaciones más equitativas».
Por su parte, Andrés Vázquez, urólogo y especialista en andrología, precisó en diálogo con Télam que las consultas sobre la vasectomía «se incrementaron en forma significativa en los últimos años» y remarcó que «no solo hombres con su paternidad satisfecha se acercan a la consulta sino cada vez más jóvenes adultos sin hijos que no tienen como proyecto de vida formar una familia».
«La planificación familiar tradicionalmente era responsabilidad de la mujer, ahora el hombre puede tomar un rol más activo», por ejemplo realizándose una vasectomía, apuntó el especialista del Centro Andrológico Recoleta y precisó que esta práctica «es menos riesgosa, más rápida y más económica que la ligadura de trompas en la mujer».
Pese al incremento de las consultas, «lamentablemente el rol del hombre en la anticoncepción sigue siendo escaso» afirmó Vázquez y apuntó que esto se debe, en general, «a temores sobre las consecuencias sexuales que este procedimiento pudiera provocar».
El especialista consideró que ésta es «una postura machista producto del desconocimiento de la técnica» y aseguró que aún «falta mayor difusión, pero poco a poco el hombre se interesa más por la vasectomía y entiende que la anticoncepción no solo es cosa de mujeres».
La ley 26.130 indicó que «no se requiere consentimiento del cónyuge o conviviente ni autorización judicial», salvo cuando la persona sea considerada jurídicamente incapaz, permite la objeción de conciencia del personal médico o auxiliar e incluye estas prácticas en el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.
«Reconocer el derecho de los pacientes a elegir el método anticonceptivo que quieran fue un gran avance. Antes de la ley el poder acceder a ´prácticas prohibidas´ tenía que ver con una cuestión de clase y recursos económicos», apuntó Vázquez y consideró que la ley «trajo equidad y justicia social: ahora todos tenemos el mismo derecho».
Ramírez apuntó que «una deuda pendiente» es la unificación de datos en torno a estas prácticas en los distintos efectores de salud bonaerenses y apuntó que, «las ligaduras tubáricas que no se realizan en el marco de una cesárea tienen una demora en el acceso».
«Durante la pandemia, como toda cirugía programada se limitaron los turnos y, lo que sucede, es que estas intervenciones compiten con las urgencias de cada hospital», explicó la especialista y remarcó que la ligadura de trompas de Falopio requiere «anestesia general y un quirófano» por lo que lleva cierta complejidad.
Asimismo, precisó que en Buenos Aires se solicitan estas intervenciones a través del 0800 Salud Sexual y de lo que se denomina «demanda espontánea» en los hospitales. En ambos casos lo que se hace es «derivar a la persona a una consejería donde se hace un proceso de orientación en cuánto a las prácticas que deseen llevar a cabo y se acerca información sobre otras».
«Estamos empezando la capacitación sobre vasectomía sin bisturí, sin quirófano, sin internación» en la Maternidad Estela de Carlotto y en el Hospital Eduardo Oller, de Quilmes «porque notábamos que había poca oferta y en la primera semana tuvimos 300 varones solicitándola, por eso apuntamos a lograr que cada efector de salud pueda garantizarla».
En este sentido, reiteró que entre los desafíos de la gestión de salud reproductiva se encuentran «poder dar respuesta a la demanda de ligaduras tubáricas y más difusión sobre la vasectomía».
Para ello, agregó, es «fundamental» la integración e intercambio de datos del sistema de salud para saber «cuál es la capacidad de resolución y la demanda insatisfecha».
Por último aseguró que lo más importante es poder acompañar «las nuevas demandas» y remarcó que «las generaciones más jóvenes tienen otra relación con su identidad sexualidad, viven su sexualidad de manera más abierta, se hacen más preguntas, la maternidad no es el siempre el objetivo final».