El país intenta evitar un nuevo confinamiento, ya que el país experimentó un aumento de casos en las últimas semanas
En medio de un aumento en los casos de coronavirus en las últimas semanas debido a la altamente contagiosa variante Delta, Israel intentaba prevenir una cuarta ola con la puesta en funcionamiento de varias restricciones y la instalación de estaciones de prueba rápida de antígenos en todo el país, informó el servicio de emergencia Magen David Adom.
«Por petición del Ministerio de Salud, Magen David Adom (MDA) abrió este domingo 120 estaciones para la detección rápida del coronavirus», según un comunicado del equivalente israelí de la Cruz Roja, informó la agencia de noticias AFP.
Israel intenta evitar un nuevo confinamiento, ya que el país experimentó un aumento de casos en las últimas semanas. «El confinamiento se impondrá como último recurso», dijo el ministro de Salud, Nitzan Horowitz, en un comunicado, dando la bienvenida al lanzamiento de la prueba rápida y a una serie de nuevas restricciones que entran en vigencia para detener la propagación de la variante Delta.
«Tenemos la oportunidad de hacer esfuerzos menos importantes ahora para evitar un confinamiento y un daño grave a la economía», aseguró Horowitz.
La asistencia a ciertos eventos y lugares ahora requerirá un Pase Verde, es decir, prueba de vacunación, recuperación de Covid-19 o un resultado negativo de la prueba.
A partir de hoy, los lugares que requieran un pasaporte verde solo permitirán la entrada a personas no vacunadas que no hayan padecido Covid-19 si presentan un resultado negativo de una prueba rápida o una prueba de PCR privada, a su cargo.
Esta prueba rápida ofrece resultados en 15 minutos, se puede realizar en las estaciones por 52 séquels (unos 16,12 dólares) y permite obtener el pase sanitario del Ministerio de Salud, válido por 24 horas.
Desde esta mañana, primer día hábil en el país, las personas no vacunadas deben presentar una prueba de menos de 24 horas, al tiempo que el Ministerio también anunció que se extenderá el pase sanitario a los menores de 12 años a partir del 20 de agosto.
Si bien Israel vio ayer una caída en los nuevos casos de coronavirus, los datos del Ministerio de Salud de hoy revelaron 2.886 contagios mientras que los casos graves aumentaron a 348 ayer, 19 más que el viernes.
Ante estas cifras, el personal de salud teme sentirse abrumado si las previsiones de 1.000 pacientes en estado grave para septiembre se hacen realidad.
El fuerte aumento en el número de pacientes con coronavirus en estado grave reavivó el debate sobre el hacinamiento en los hospitales y, sobre todo, el miedo que asolaba a Israel incluso antes de la variante Delta: la llamada insuficiencia de los hospitales para proporcionar un tratamiento adecuado a algunos pacientes, informó el medio local Haaretz.
Los jefes de hospitales alertaron que el hacinamiento se parece al que ocurre en pleno invierno, ahora en medio de una ola de calor de verano. Si los pronósticos de unos 1.000 pacientes en estado grave a principios de septiembre se hacen realidad, los hospitales enfrentarán tasas de infección radicalmente diferentes a las que se acostumbraron.
Muchos de estos pacientes serán personas mayores con afecciones preexistentes y algunos necesitarán cuidados intensivos e intervención respiratoria invasiva, afirmaron portavoces de los hospitales.
Israel, con nueve millones de habitantes, fue uno de los primeros países en lanzar una vasta campaña de vacunación en diciembre, gracias a un acuerdo con el gigante farmacéutico Pfizer. El acuerdo le dio al estado acceso rápido a millones de dosis pagadas a cambio de datos biomédicos sobre los efectos de la vacuna.
Unos 5,8 millones de israelíes recibieron su primera vacuna contra la Covid-19 y 5,3 la pauta completa. En tanto, más de 422.000 recibieron una tercera dosis de refuerzo.