Especialistas consideran que "los no vacunados por decisión propia podrían estar formando una nueva circulación interna de la variante Delta", que avanzó en este estado más que en otro lugar
El estado de Rio de Janeiro anunció este viernes la suspensión de las clases presenciales la próxima semana a raíz de los alertas epidemiológicos sobre un aumento de contagios por la variante Delta de coronavirus, que ya representa el 45% de los casos.
La decisión de la gobernación acompaña la determinación de la capital del estado, la ciudad maravillosa, de haber frenado las flexibilizaciones de las actividades económicas y postergar la apertura para el 23 de agosto.
De acuerdo a la Secretaría de Educación, la ciudad de Río de Janeiro y otros 35 municipios volverán después de una semana de presencialidad a las clases remotas como una forma de prevención ante el avance de la variante Delta.
Otros municipios continuarán con el sistema híbrido, presencial y remoto de acuerdo a la capacidad de las escuelas, sean públicas o privadas, un mecanismo que fue incorporado en gran parte del país para este segundo semestre del ciclo lectivo 2021.
Según especialistas, los no vacunados por decisión propia podrían estar formando una nueva circulación interna de la variante Delta, que avanzó en Río más que en otro lugar, sobre todo porque en Brasil la predominante es la variante P1 o Gamma, responsable por la devastadora segunda ola registrada entre marzo y junio.
El intendente de la ciudad, Eduardo Paes, anunció hoy que retrasó la salida de las restricciones y pidió disculpas a la población por haber presentado un panorama optimista sobre la pandemia al reconocer un aumento de hospitalizaciones de pacientes de Covid-19 con la variante Delta sobre todo entre los cariocas que se inmunizaron.
Paes determinó el regreso a las medidas de restricción contra la pandemia hasta el 23 de agosto.
De todos modos, Río de Janeiro preparó un plan para evitar grandes aglomeraciones para las tradicionales fiestas de fin de año con el lanzamiento de fuegos artificiales en la playa de Copacabana, pero dependerá de la situación epidemiológica.
Brasil se encuentra en una curva descendente desde fines de junio, tras el colapso hospitalario iniciado en marzo, siendo el país con más muertes por Covid-19 en el mundo durante 2021.
De acuerdo a la Secretaría de Salud carioca, el 95% de los internados en Río de Janeiro no recibió ni la primera dosis de la vacuna, a lo que hay que sumar los casos de síndrome gripal y respiratoria producto de la caída de temperaturas durante julio, en uno de los inviernos más rigurosos por lo menos desde 2013 en la región sudeste y sur de Brasil.
En Río están abiertas ,con obligación de uso de barbijo y distanciamiento de 1,5 metro, casi todas las actividades económicas, culturales y deportivas y aforo del 40 por ciento, menos las discotecas y espacios de reuniones masivos, así como fiestas públicas y privadas.
El 45% de los contagios en Río de Janeiro corresponden a la variante Delta.
En Río de Janeiro, según la Secretaría de Salud, una persona mayor de 60 años contagiada por Delta falleció luego de negarse a aceptar la vacunación.
Brasil reporta 560.706 casos desde el inicio de la pandemia en el país con más de 20 millones de positivos, pero la pandemia está en retroceso, con menos de 800 muertos promedio diarios, el mismo nivel que en enero de 2021, antes de la segunda gran ola con la variante Gamma.
El 49,14% de la población en Brasil, unos 104 millones de personas, ha recibido la primera dosis mientras que el 20,6% tiene el esquema completo, según datos oficiales.
El ministro de Salud, Marcelo Queiroga, prevé que a fines de septiembre toda la población mayor de 18 años tendrá una dosis aplicada.
En el estado de San Pablo, el más grande del país con 46 millones de habitantes, fue suspendida la inoculación de adolescentes entre 12 y 17 años prevista luego que las autoridades acusaran al gobierno del presidente Jair Bolsonaro de no enviar dosis de Pfizer, las únicas autorizadas por ahora para esa franja etaria.
San Pablo pidió la semana pasada al ente regulador Anvisa autorizar la CoronaVac para niños y adolescentes entre 3 y 17 años, pero aún no obtuvo respuestas.