Se trata de la coordinadora administrativa de la empresa que brindó la asistencia a Diego Maradona en la casa de Tigre donde murió hace ocho meses
La coordinadora administrativa de la empresa Medidom, que brindó la asistencia a Diego Maradona en la casa de Tigre donde murió hace ocho meses, aseguró ante los fiscales que las «órdenes médicas» las daban los dos principales imputados de la causa, el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, informaron hoy fuentes judiciales.
Se trata de Nelsa Marilyn Pérez (67), de nacionalidad uruguaya y quien le dijo a los fiscales de San Isidro que ella era hace 13 años «coordinadora de enfermería administrativa» en la mencionada empresa, pero no enfermera.
Desde el inicio de su declaración -a la que accedió Télam-, y que fue brindada ayer en la Fiscalía General de San Isidro, Pérez le aclaró a los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra, que lo de Maradona no fue una internación hogareña, sino un servicio de «cuidados domiciliarios», y que la diferencia radicaba en que desde la empresa solicitante, que fue la prepaga Swiss Medical, «no habían solicitado equipamiento».
En otro tramo de su declaración, Pérez se quejó de que desde la prepaga «nunca enviaron la epicrisis, ni demás documentación, no enviaron nada».
Según detalló la empleada de Medidom, en el pedido inicial para Maradona se solicitó «enfermería 24 horas, kinesiología, médico clínico y neurólogo», y luego nutricionista pero que hubo inconvenientes con las visitas porque «el paciente no quería recibir a nadie porque ya tenía sus médicos de cabecera».
Consultada al respecto, la testigo aseguró ante los fiscales que «las órdenes médicas las daban sus dos médicos personales, los doctores Luque y Cosachov».
También complicó a otra médica imputada, Nancy Forlini, coordinadora de Swiss Medical, al afirmar que su función era «ser cabeza del equipo que atendía a este paciente en particular, lo que significa que converge todo en ella».
Sobre otro de los imputados, su compañero en Medidom, Mariano Perroni, aseguró que fue quien «armó» el equipo de enfermeros y que su función era controlarlos «en lo atinente a la asistencia y actividades que realizan».
También dijo que ella fue la creadora del chat de WhatsApp llamado «Tigre» donde se reportaban las novedades y que se le ocurrió ese nombre «a fines de no revelar la identidad del paciente».
Además, consultada por las partes y debido a su experiencia, opinó que «un paciente con síndrome de abstinencia tiene que ir a una clínica de rehabilitación o granja lo que en este caso no sucedió» y volvió a cargar contra los principales imputados al afirmar: «Los médicos de cabecera, la doctora Cosachov y el doctor Luque, son los que deben determinar a donde debe ir el paciente, no nosotros».
La ronda de testimoniales continuaba hoy con las declaraciones de dos cardiólogos propuestos por la defensa de Luque, que evaluaron a Maradona en chequeos anteriores y supuestamente no detectaron riesgos cardiológicos: Sebastián Nani, de la clínica Olivos, y Oscar Alberto Franco, de la clínica Ipensa de La Plata.
Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba la internación domiciliaria que está bajo investigación.
La autopsia determinó que murió como consecuencia de un «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada» y descubrieron en su corazón una «miocardiopatía dilatada».
Tras las conclusiones de una junta médica, siete profesionales de la salud quedaron imputados por «homicidio simple con dolo eventual», figura penal que prevé de 8 a 25 años de prisión y que fue elegida por los fiscales tras una investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona fue «deficiente», «temerario» e «indiferente», y que sabía que el «10» podía morirse y no hizo nada para evitarlo.