CLG recorrió varias panaderías para conocer cómo viven su día, sus productos más destacados y variantes para distintos tipos de consumidores
Cada 4 de agosto se celebra el Día Nacional del Obrero Panadero, en conmemoración al 18 de julio de 1887, fecha en la que se fundó en Buenos Aires la Sociedad Cosmopolita de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos, el primer sindicato de esa profesión del país.
El 4 de agosto fue reconocido oficialmente como Día Nacional del Panadero por el Congreso Nacional argentino en 1957. Desde entonces, la conmemoración de esta fecha es un clásico en la sociedad.
CLG recorrió varias panaderías para conocer cómo viven su día, sus productos más destacados y variantes para distintos tipos de consumidores.
«Se celebra trabajando como todos los días, por ahí uno está más contento con ganas de disfrutar lo que a uno le gusta aunque sea cansador, de muchas horas, casi sin feriados pero lo hacemos con muchas ganas. La panadería la empezaron mi mamá y mi papá en 1988, luego mi mamá no quiso trabajar más, mi papá falleció y nos hicimos cargo con mi esposa. Arrancamos a las 4 de la mañana, empezamos a cocinar pan, facturas, bizcochos para cuando abrimos el negocio así ya tenemos cierta mercadería y después vamos variando entre postres, masas, lo salado, empanadas para tener un poco de cada cosa. Nuestra especialidad son unos bollitos de manteca, de los que comúnmente se usan para patas de ternera, gustan mucho y vienen de distintas partes de la ciudad a buscarlos«, comentó el titular de un local céntrico.
Desde el local Costumbres Argentinas indicaron: «Venimos dando buenos productos, somos una franquicia de Buenos Aires y contamos con una gran variedad. Tenemos productos envasados como budines, pepas, alfajores y una enorme variedad de merengues y congelados como hamburguesas y pizzas. Por lo general la gente se siente atraída por la facturería y llevan bastantes medialunas, ya que ofrecemos un precio muy económico y accesible. En la semana vienen mucho a la sección de almuerzos. Definitivamente nuestra especialidad son las medialunas«.
«Los celíacos no pueden comer nada con gluten, todo sin tacc: ni trigo, avena, centeno y cebada. Entonces consumen pan con harina de arroz, viene todo cerrado con el logo por la contaminación cruzada porque por ahí se elaboran en lugares donde sí puede haber. Los costos son un poco más caros que los de harina común. Lo que más llevan son galletitas, pan, tostadas de arroz y las pre mezclas que vienen para elaborar lo que quieran«, indicó la encargada de una dietética.
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