La víctima tenía 70 años y fue asesinada a puñaladas en su departamento de la capital salteña. Otras dos personas eran acusadas de encubrimiento y fueron absueltas
Un joven fue condenado hoy a la pena de 19 años de prisión efectiva por haber asesinado a su abuela María Leonor Giné (70) en marzo pasado en un departamento del centro de la ciudad de Salta, mientras que otras dos personas que habían llegado al juicio acusadas del encubrimiento del crimen, fueron absueltos.
Los jueces de la Sala III del Tribunal de Juicio de Salta, María Gabriela González, Carolina Sanguedolce y Pablo Farah, condenaron a Agustín Morales (21) a la pena de 19 años de prisión por el delito de «homicidio calificado por el vínculo mediando circunstancias extraordinarias de atenuación, en concurso real con violación de medidas dispuestas por la autoridad competente para impedir la propagación de una pandemia».
El joven deberá realizar un tratamiento psicoterapéutico por su adicción a las sustancias estupefacientes, será examinado por el Servicio Médico del Poder Judicial para obtener las señas particulares y tomas fotográficas, y luego ser incorporado al Banco de Datos Genéticos.
Por su parte, el amigo de Morales, Federico Leonardo Detzel (30), y la mujer trans Tania Rocío Aguirre (30) fueron condenados a la pena de seis meses de prisión de ejecución condicional, por violación de medidas dispuestas por la pandemia.
A su vez, Detzel –que llegó al juicio con prisión y alojado en la Alcaidía General de Salta- y Aguirre –que estaba con prisión domiciliada- fueron absueltos lisa y llanamente del delito de homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, criminis causa y por haber mediado violencia de género, por no haber participado en el hecho imputado.
En relación al delito de encubrimiento por el que también habían sido acusados, fueron absueltos por el beneficio de la duda en el caso de Detzel, y por no haber participado en el hecho acusado en relación a Aguirre.
“Estoy dispuesto a pagar si cometí un error y a hacer méritos para salir adelante y ser mejor, ya sea mediante un oficio o estudiando”, expresó Morales, al formular hoy las últimas palabras ante el tribunal, una vez formalmente cerrado el debate, que comenzó el 19 de julio pasado.
Al hablar, el joven le pidió perdón a su familia “por los errores cometidos durante toda mi vida”, y pidió que «justicia» y que “se sepa la verdad”, “no solo por mí, sino por mi abuela”.
“Si yo tengo algo que ver quiero pagarlo”, agregó, tras lo que consideró que ser condenado a una pena de prisión perpetua, tal como lo había solicitado durante sus alegatos la fiscal penal de la Unidad de Femicidios, Mónica Poma, “es perder todo tipo de esperanzas de vida y tirarte al abandono”.
Durante el juicio, Morales aseguró no recordar lo que sucedió el día de los hechos, debido a la gran cantidad de estupefacientes que había ingerido.
Por su parte, Detzel aseguró hoy ser inocente, y Aguirre señaló que “durante todo este tiempo que estuve privada de la libertad, mi familia y yo hemos sufrido muchísimo, por el solo hecho de haber estado en el lugar y en el momento equivocado”.
Ayer, durante una extensa audiencia, las partes formularon sus alegatos, y Poma solicitó perpetua para Morales, por el homicidio agravado por el vínculo, ensañamiento, alevosía, criminis causa y por haber mediado violencia de género, en concurso real con violación de medidas dispuestas por la autoridad competente para impedir la propagación de una pandemia.
En relación a Detzel y Aguirre, la fiscal solicitó la pena de 5 y 4 años de prisión efectiva respectivamente, por los delitos de encubrimiento agravado.
La querella, ejercida por Marcos Gorriti, adhirió al pedido de pena de la representante del Ministerio Público para Agustín Morales, sin el agravante de la violencia de género, y pidió que sea sometido a tratamiento para sus adicciones, y para Detzel y Aguirre también adhirió al planteo de Poma, y solicitó la pena de tres años de prisión efectiva.
Los abogados defensores de Morales, Horacio Morales y Matías Adet, plantearon el padecimiento del joven por el consumo de sustancias estupefacientes y solicitaron que sea declarado inimputable, absuelto y que se disponga una internación obligatoria como medida de seguridad.
En forma subsidiaria, plantearon circunstancias extraordinarias de atenuación y pidieron que, en caso de ser condenado, se le aplique el mínimo de ocho años de prisión.
Los defensores de Tania Aguirre, Gabriela Arellano y Pablo Tobío, solicitaron su absolución en forma lisa y llana y en forma subsidiaria, su absolución por el beneficio de la duda, al igual que el representante letrado de Detzel, Eduardo Sángari, de la Unidad de Defensa Pública 3.
El hecho fue descubierto el 28 de marzo de 2020 alrededor de las 10.30, cuando una hija y un nieto de Giné se acercaron al edificio donde residía, en la avenida Belgrano entre las calles 25 de Mayo y Sarmiento, de la ciudad de Salta, para ver cómo se encontraba debido a que no respondía las llamadas telefónicas ni los mensajes.
Por el portero del edificio se enteraron de que Morales, que circunstancialmente residía con ella, se había retirado poco antes a bordo del vehículo de Giné.
Los familiares encontraron el cuerpo de la mujer en la cocina, con heridas en el cuello y otras de tipo defensivas, que le provocaron un shock hipovolémico y la muerte.
El relevamiento de filmaciones de las cámaras de seguridad permitió establecer que, durante esa noche, Morales entró y salió varias veces del departamento de su abuela, acompañado por Detzel y Aguirre.