La inflación y el mayor peso del sector público incidieron en la disminución, de acuerdo con un informe privado
Los depósitos y préstamos al sector privado vienen mostrando una caída real desde julio del año pasado, en lo que representa un “reflejo de una economía que se reduce”, de acuerdo con la evaluación de la consultora Quantum.
La evolución de los últimos doce meses es inversa a la registrada en el segundo trimestre del año pasado, cuando en el inicio de pandemia “la fuerte expansión fiscal-monetaria impactó positivamente en el stock de depósitos y préstamos privados en pesos”, destacó la entidad dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx.
“Sin embargo, desde julio del año pasado, ambos comenzaron a reducirse en términos reales, cuando el gasto privado comenzó a recuperarse y la inflación empezó a acelerarse, evidenciando señales de caída de la demanda de dinero”, precisó, en referencia al punto de quiebre en la evolución de los depósitos y los préstamos al sector privado.
Por otra parte, el cambio de política de financiamiento del déficit fiscal, por el que se priorizó la toma de deuda en el mercado local antes que la emisión monetaria, determinó que la capacidad prestable de los bancos se volcara preferentemente al Estado.
Quantum indicó que entre marzo y julio del año pasado los depósitos del sector privado en pesos crecieron 23% en términos reales, fenómeno que atribuyó a “la fuerte expansión del gasto público y su financiamiento a través del Banco Central, en un contexto de brusca caída de la actividad económica”.
“Parte de los fondos recibidos por el sector privado se fue acumulando en las cajas de ahorro y cuenta corriente de los bancos, por razones precautorias asociadas con la incertidumbre de las consecuencias de la pandemia”, señaló.
Pero a partir de julio, cuando comenzó una gradual flexibilización de las restricciones, “aumenta el gasto del sector privado, la inflación comienza a acelerarse y cae la demanda de dinero” y en consecuencia “los depósitos inician un proceso de caída en términos reales, comportamiento que se observa hasta la actualidad, con una reducción acumulada en el último año de 9% real”.
Por tipo de depósito, la mayor contracción real en el último año corresponde a los transaccionales, particularmente los de caja de ahorro, que cayeron 26%, mientras que los de plazo fijo, que representan el 47% del total, cayeron 1%.
Para Quantum, esa diferencia en los niveles de caída “son indicadores de un comportamiento defensivo ante el aumento en la tasa de inflación”.
Al respecto, destacó que los depósitos a plazo fijo ajustables por precios (principalmente los UVA) subieron 108%, aunque siguen siendo “un producto con poco peso en el total”, ya que representan sólo el 3% de todos los depósitos.
“Otro reflejo de las consecuencias de la aceleración de la tasa de inflación es la evolución del dinero en circulación en manos del púbico”, acotó la consultora, que comparó el crecimiento interanual del 33% real a octubre de 2020 con la caída del 15% en julio de este año.
En el caso de los préstamos al sector privado, luego de la suba del 10% entre marzo y julio del año pasado (principalmente por asistencia crediticia relacionada con la pandemia), hubo un período de descenso, que ya acumula un 14% en términos reales.
A eso se le sumó que para las empresas “en algunos casos existió la posibilidad de financiamiento con proveedores”, que implicó una baja en la demanda de préstamos al sistema financiero formal.
Asimismo, Quantum observó “una mayor prudencia de los bancos ante un escenario en el que la morosidad y la incobrabilidad aumentaron”.
Esa tendencia se reflejó en una caída real del 16% en los préstamos a empresas (adelantos en cuenta y descuento de documentos) y del 12% en los destinados a familias (tarjetas y personales).