Federico Boelaert es entrenador de las Olimpíadas Matemáticas del colegio de la UNR y juez internacional que participa de la máxima cita deportiva
Federico Boelaert es docente de Matemática del Superior de Comercio de la Universidad Nacional de Rosario y árbitro de básquet. Y por estos días está viviendo un verdadero sueño: se encuentra participando en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 como parte de la delegación de la Federación Internacional de Baloncesto (Fiba).
Desde 2018, Boelaert es parte del comité de evaluadores arbitrales de Fiba y a su vez árbitro internacional. Entre sus palmarés se destaca el Mundial sub 19 masculino de Grecia y el de mayores celebrado en China, donde Argentina se consagró subcampeón en un torneo inolvidable. En el ámbito local, desde hace muchos años es árbitro de la Rosarina y, a su vez, trabaja en la instrucción de los árbitros a nivel nacional. «Poder trabajar también a nivel mundial con los mejores evaluadores y estar codo a codo en el día a día es algo invaluable”.
Tradicionalmente, en los primeros meses del año, llegan las nominaciones para dirigir en las competencias europeas de básquet correspondientes a la federación internacional. En el caso de Federico, para este 2021, le llegó la nominación para el Mundial masculino sub 19 que ya se realizó en Letonia y el femenino sub 19 que tendrá sede en Hungría.
«Además de ser árbitro, soy Video Operator de Fiba. Me llegó una nominación, en lo que se dice ‘stand by’, para integrar la delegación de la Federación que viajaba a los Juegos Olímpicos. De ese grupo sólo hay dos cupos para integrantes que se desempeñan en video y yo estaba entre los tres nominados».
Un error común es pensar que el Video Operator del Básquet hace funciones parecidas a otros sistemas de video como el VAR en fútbol, el cual es el órgano encargado de revisar las jugadas durante los partidos y funcionar como un asistente del árbitro. Sin embargo, el Video Operator se dedica a reunir estadísticas de los árbitros y enviárselas a Fiba para que realice un informe del desempeño de los mismos. «Lo que hago es recopilar toda la información estadística de las decisiones que toman dentro de la cancha los jueces (junto a los videos de esas decisiones) y en base a eso luego se le hace una devolución a los árbitros respecto a su performance. Esto está orientado a corregir los aspectos en los cuales deban progresar y así seguir formando mejores profesionales».
Una semana antes de que arranque Tokio 2020, mientras Federico dirigía en el Mundial sub 19, llegó la tan ansiada notificación. «Me informaron que uno de los Video Operator no iba a poder viajar porque vivía en Australia y, en base a las restricciones sanitarias de su país, no iba a llegar. Como yo ya me encontraba en Europa, me propusieron viajar a los Juegos cuando termine mi participación».
Llegado a Tokio, Federico junto al resto de la delegación se encontraron con unos Juegos particulares, y probablemente únicos, a causa de la pandemia de Covid-19. «Nos movilizamos en un formato de burbuja. Estuvimos varias horas en el aeropuerto esperando que autoricen nuestra entrada, luego directo al hotel. Nuestra vida transcurre del hotel al estadio, y de ahí de vuelta al hotel. No está permitido circular por fuera de esos espacios asignados, lo cual es muy diferente a la impronta común de los Juegos. Tenemos estudios de PCR todos los días para descartar contagios, pero a pesar de todo esto, es un sueño realizado estar compartiendo la cancha con los mejores del mundo».
Desde la capital de Japón, tomó conciencia del significativo paso que está dando en su carrera profesional y en su reconocimiento internacional. «Vivo mi recorrido con una alegría enorme porque verdaderamente el grupo de Video Operator a nivel mundial es bastante amplio y estar entre las primeras 5 o 10 personas consideradas para viajar a las competencias más importantes es una satisfacción enorme pero también todo un desafío».
El valor de la educación pública
Además de destacarse en el ámbito internacional del baloncesto, Federico se desempeña como docente en la Escuela Superior de Comercio y es uno de los encargados de preparar a los y las estudiantes para participar en las Olimpíadas Matemáticas.
«Durante el secundario participé los cinco años de las Olimpíadas Matemáticas Nacionales, llegando a las finales en todas las ediciones. Terminada la escuela, tuve la oportunidad de reemplazar a la persona que me preparaba para esta competencia, por lo que es algo que vengo desarrollando desde 1995 ininterrumpidamente y me genera enorme satisfacción», reconoció.
Con más de 25 años trabajando en la institución, destacó la alegría y el privilegio que es poder trabajar con jóvenes que les interesa participar en una actividad extracurricular y, sobre todo, aprender. «Al igual que lo hago en el básquet, mi faceta docente en torno a la matemática la llevo con mucha pasión. Me gusta porque no es la matemática común que se da de manera obligatoria, sino que se vincula más con estrategias de resolución de problemas y pensar a esta disciplina de una manera diferente. Básicamente es vincular al estudiante desde otra perspectiva», expresó en diálogo con el portal de noticia de la Universidad Nacional de Rosario.
Boelaert transitó todos los niveles educativos dentro del sistema público, por lo que subrayó lo importante que fue en su formación personal el haber podido compartir y crecer en este ámbito. «Fui a la Escuela Ricchieri en la primaria, al Superior en la secundaria y continué mi formación superior en la UNR. Estoy muy orgulloso de haber podido hacer este camino. La verdad aprecio y valoro el esfuerzo que se hace, conozco muy bien la calidad de los docentes que hay y lo comprometidos que están», concluyó.