La compañía eléctrica publicó que "la guerra afectó una línea de importación de energía en la provincia de Baghlan"
Las hostilidades en curso en Afganistán, que se intensificaron con una ofensiva lanzada por los talibanes en mayo, provocaron apagones en Kabul y varias provincias más en medio de la retirada de las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN del país, comunicó la empresa electricista DABS.
En su página de Facebook, la compañía eléctrica publicó que «la guerra afectó una línea de importación de energía eléctrica en la provincia de Baghlan», en el noreste, lo que perturbó los suministros de electricidad a la capital y varias provincias más.
A medida que las tropas de Estados Unidos y otros países miembros de una coalición liderada por la OTAN continúan su retirada de Afganistán, donde mantuvieron su presencia a lo largo de dos décadas, los talibanes que se hacen llamar hoy Emirato Islámico de Afganistán (EIA) van ganando terreno en su ofensiva contra las fuerzas gubernamentales.
La retirada de tropas internacionales se completará en septiembre, recordó la agencia de noticias Sputnik. Ante el avance los talibanes, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró hoy el apoyo de la organización al país con inversión, presencia civil y entrenamiento a las fuerzas gubernamentales, tras una conversación telefónica que mantuvo con el presidente afgano, Ashraf Ghani.
Actualmente la Alianza está considerando poner en marcha una misión de adiestramiento en un tercer país. «La seguridad de Afganistán sigue siendo un gran desafío y requiere de un acuerdo negociado», subrayó Stoltenberg en un mensaje en Twitter tras la conversación con Ghani.
El país está sumido en una espiral de violencia los últimos meses, en los que los talibanes lograron importantes avances territoriales, en medio del proceso de retirada de las tropas internacionales.
Afganistán vive una situación de inestabilidad debido a los ataques que lanzan los talibanes y, desde 2015, el Estado Islámico (ambas organizaciones prohibidas en Rusia junto con el EIA ). El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció en julio que, en lo militar, los talibanes están en su momento más fuerte desde 2001.
También anunció que el repliegue de las fuerzas estadounidenses, que comenzó en mayo pasado, se completará para el 31 de agosto, once días antes de la fecha límite prevista en un principio.
El jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, Mark Milley, dijo la semana pasada que los talibanes habían extendido su control a la mitad de los 419 distritos de Afganistán y mantenían bajo presión 17 de las 34 capitales provinciales, sin haber conquistada ninguna de ellas.
Mientras, el número de las víctimas civiles causadas por el conflicto en Afganistán se incrementó en un 47% entre enero y junio de 2021 en comparación con el primer semestre del año anterior, según un informe publicado por la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama). En repetidas ocasiones la Unión Europea y Estados Unidos reclamaron a los talibanes que se sienten a negociar con Kabul para lograr una salida negociada al conflicto.
En 2020, Washington y representantes del movimiento Talibán firmaron en Doha el primer acuerdo de paz en más de 18 años de guerra, en el que se prevé la retirada de tropas extranjeras en 14 meses y el inicio de un diálogo entre los afganos tras un intercambio de prisioneros.
En abril, la OTAN anunció que pondría fin a su misión en Afganistán en septiembre, iniciando a partir de mayo una retirada «ordenada» en coordinación con Estados Unidos. Hasta el mes de mayo, la Alianza Atlántica contaba con 9.600 efectivos desplegados en el terreno, de los cuales unos 2.500 eran estadounidenses.