La primera producción brasileña para la flamante plataforma de streaming desembarca este jueves
El actor brasileño Erom Cordeiro, protagonista de «Los ausentes», la primera producción de ese país para la recién desembarcada plataforma HBO Max, que estrena este jueves y sigue la rutina de una agencia de investigación de personas desaparecidas, resaltó que la serie «aborda una temática que en Latinoamérica es más común de lo que imaginamos» y visibiliza universos marginales que «suelen ser difíciles de mostrar».
«Lo único que liga estos 10 episodios es la ausencia», dijo a Télam el intérprete nacido Maceió; cara conocida en la región por su participación en varias de las series recientes que mejor han viajado fuera de las fronteras brasileñas, como «Supermax», «La vida secreta de las parejas», «El negocio» (estas dos de HBO) o «1 contra todos».
Cordeiro conversó con esta agencia en una entrevista que compartió con Augusto Madeira, otro miembro del elenco que completan María Flor, Jacqueline Sato, César Troncoso, Indira Nascimento, Nuno Leal Maia, Negra Li, Flávia Garrafa, entre otros.
Creada por Maria Carmem Barbosa y Thiago Luciano, dirigida por Raoni Rodrigues, la serie sigue la rutina de una agencia de investigación para personas desaparecidas, una tragedia que puede afectar a cualquier persona, de cualquier edad o clase social, y que ocurre por diversas razones.
Para dimensionar la situación de ese país en la materia, en plena pandemia el Foro Brasileño de Seguridad Pública reveló que en 2020 se registraron 62.800 personas desaparecidas por distintas causas.
En la trama, luego de la desaparición de su hija Sofía, el exjefe policial Raúl Fagnani (Cordeiro), abre la agencia Ausentes, famosa en los suburbios de San Pablo por recibir todo tipo de clientes, especialmente aquellos que no pueden o no quieren ir a la policía. De esta manera, apuesta a averiguar qué sucedió con su hija.
Hasta que la llegada de Maria Julia (María Flor), que huyó de Buenos Aires después de que su padre desapareciera misteriosamente, cambia la rutina diaria de la agencia.
Al respecto, Madeira, que en la serie se pone en la piel del único amigo de Raúl, admitió que «antes de la serie no tenía dimensión del tamaño de esta problemática que -ahora sabe- solo en la ciudad de San Pablo, se contabilizan dos personas desaparecidas por hora».
«Es algo muy complejo -agregó- ligado a tráfico de órganos, de personas, prostitución, es un abanico enorme de posibilidades que lleva a la desaparición».
—¿Qué pueden adelantar de sus personajes y cómo fue dar vida a una historia sobre un tema que afecta a toda Latinoamérica?
—Augusto Madeira: Mi personaje es uno de los pocos amigos que le quedaron a Raúl, es su familia prácticamente. Él también tuvo una gran pérdida y se identifican con eso. En la serie abordamos casos de un modo particular porque al no trabajar oficialmente en la Policía podemos penetrar en los submundos y solucionar más cantidad de casos.
—Erom Cordeiro: Raúl es como un detective que por una situación personal comprende la desesperación de la gente que viene a buscarlo. Acá en Brasil existe un protocolo que tienen que pasar 48 horas para declarar a una persona oficialmente desaparecida. Las personas que no tienen ese tiempo para esperar están desesperadas y van a la oficina Ausentes porque cada segundo puede ser definitivo.
—¿Creen que la serie puede ayudar a visibilizar casos que no suelen ser noticia?
—AM: Yo pienso que más allá de darle visibilidad a esos casos específicos de desaparición, la serie también aborda temas como los refugiados, LGTB, el tema del crack donde sobre todo en San Pablo hay «cracolandias» y que también seguramente atañe a otros países. Quiero decir que vamos más allá de las desapariciones porque al abordarlas entramos en otros universos que son difíciles y tratamos de mostrar.
—EC: Dentro de esos otros mundos vamos a tratar el trabajo esclavo, los refugiados, posiblemente quienes vean la serie se den cuenta de que su vecino tiene una historia de persona desaparecida; incluso yo tengo un amigo que desapareció, porque es una problemática más común de lo que imaginamos. Están muy cerca los episodios trágicos como esos. Y creo que esos muchos casos no son reportados oficialmente porque no hay un banco de información y ese número es mucho más grande de lo que sabemos.
—En Argentina la figura del «desaparecido» está ligada directamente a la dictadura militar, ¿en Brasil tiene una connotación distinta?
—EC: Sé el ejemplo clásico y doloroso de Argentina con las Madres de Plaza de Mayo, es muy triste y significativo para la historia de las dictaduras latinoamericanas, pero la serie no pasa por ese período sino que acontece en San Pablo, una gran ciudad de millones de personas con muchas etnias, refugiados, inmigrantes y pasa por una gama de casos muy distintos.
—AM: El personaje de Maria Julia, que interpreta la actriz María Flor, es argentina, está en Buenos Aires y tiene que huir porque su padre está desaparecido y no sabe si está vivo o no. La trama se va a desarrollar a lo largo de los 10 episodios y me gusta la conexión que se establece con Latinoamérica porque esa trama pasa por distintos países.
—En la serie las fuerzas de seguridad se muestran en un rol cómplice o ineficaz respecto a este tipo de casos…
—EC: Creo que a veces hay una gran burocracia, una morosidad, un servicio público que es para servir a la población pero a veces sabemos que aquí en nuestro país acontece y en Latinoamérica también. Es verdad que existen buenos y malos profesionales en todos lados pero a veces las personas prefieren buscar un servicio alternativo que suele ser más rápido y ofrecer una respuesta más inmediata.
—AM: Yo creo que hay una franja de la población que no tiene empatía con la policía o ciertos oficiales o le tienen miedo y ahí terminan buscando una alternativa. Es muy común en Brasil que comunidades subyugadas por el tráfico de droga o las milicias, que son grupos paramilitares, terminen por ir a buscar soluciones ante esas comunidades mucho más que los gobiernos o canales oficiales.