Los negocios considerados no esenciales deberán cerrar en toda la ciudad y sus alrededores
Las autoridades australianas endurecieron las restricciones en el área metropolitana de Sydney, la ciudad más grande del país, luego de que un confinamiento de varias semanas no lograra contener un rebrote de coronavirus asociado a la variante Delta, más contagiosa y virulenta.
Los negocios considerados no esenciales deberán cerrar en toda la ciudad y sus alrededores, mientras que pobladores de los suburbios más golpeados enfrentarán un confinamiento más estricto a partir de la medianoche de hoy, informó a la prensa Gladys Berejiklian, jefa de Gobierno del estado de Nueva Gales del Sur, del cual Sydney es capital.
«Lo que hemos hecho hasta ahora no fue suficiente. En alguna medida lo hemos estabilizado, pero no logramos aplanar la curva», dijo Berejiklian, citada por la agencia de noticias AFP.
«No subestimamos el impacto que esto tiene en nuestros negocios», aseguró Berejiklian, quien aclaró que están frente a una «oportunidad» para acabar con el virus y asegurarse de que «las familias y las empresas puedan recuperarse lo más rápido posible».
Además, a las personas que viven en tres áreas del estado se les prohibió abandonar esos lugares, excepto en circunstancias excepcionales, en un intento por cercar al virus, que se concentró cada vez más en esas comunidades.
El endurecimiento de las restricciones, incluida una pausa en las construcciones en la ciudad, llega en la tercera semana de confinamiento.
Nueva Gales del Sur registró una nueva muerte por el virus y el número de contagios se mantuvo por encima de los 100 casos diarios. «No recuerdo otro momento en que nuestro estado haya enfrentado tal desafío», agregó la jefa del Gobierno.
En tanto, en Melbourne, segunda ciudad de Australia, los pobladores entraron hoy en su segundo día de cierre y las autoridades endurecieron los controles sobre los viajes desde Sydney, luego de que el virus se propagara desde esa ciudad. Su estado, Victoria, registró 19 nuevas infecciones en las últimas horas, nueve más que el día anterior, cuando volvió a entrar en un estado de confinamiento durante cinco días.
Ahora hay más de 10.000 contactos cercanos aislados en todo el estado como resultado del brote actual. «Actuamos con dureza y lo hicimos temprano para asegurar que este confinamiento sea lo más breve posible», explicó el ministro de Salud del estado de Victoria, Martin Foley.
La lenta aplicación de vacunas y la rápida propagación de la variante Delta del virus amenazan la hasta ahora exitosa estrategia australiana de «covid cero», alcanzada principalmente mediante el cierre de sus fronteras desde marzo de 2020.