En este difícil contexto, el país debe celebrar este año elecciones presidenciales, legislativas y locales, y también tiene agendado un referendo constitucional en septiembre
El neurofisiólogo Ariel Henry, a quien Jovenel Moïse encomendó formar el nuevo Gobierno de Haití dos días antes de ser asesinado, reclamó su lugar en el poder y cuestionó los poderes especiales que asumió el primer ministro interino, Claude Joseph, tras el magnicidio de ayer. «Soy un primer ministro designado, Claude era un primer ministro interino que asumió el cargo de ministro de Asuntos Exteriores. Creo que tenemos que hablar entre nosotros. Se suponía que Claude iba a quedarse en el Gobierno que yo iba a formar», se quejó Henry en una entrevista con el diario Le Nouvelliste anoche.
«En mi opinión, ya no es primer ministro. ¿Hay varios primeros ministros nombrados en el país?», agregó, citado por la agencia de noticias Sputnik.
Hace solo tres días, Moïse había publicado en su Twitter una imagen del Boletín Oficial en el que nombraba como primer ministro a Henry: «Tendrá que formar un Gobierno de apertura que incluya las fuerzas vivas de la Nación, resolver el flagrante problema de la inseguridad y acompañar al CEP (autoridad electoral) en la conducción de las elecciones generales y el referéndum.”
Henry contó que estaba «eligiendo» a los miembros de mi gabinete» y destacó que estaba «muy avanzado” en la formación del Gobierno.
“Necesito continuar, pero en el contexto actual creo que hay una oportunidad de diálogo para llegar a un acuerdo que nos permita ir a un mejor clima en las elecciones y tener un Gobierno que también pueda crear ese clima”, aseguró en un abierto llamado a un diálogo con el premier interino Joseph, hoy a cargo del Poder Ejecutivo.
Aunque dijo que no quería «echar leña al fuego» y pidió «evitarlo en lo posible mientras el país está encendido», el premier nombrado por Moïse aclaró que no está de acuerdo con el estado de sitio declarado tras el magnicidio: «No creo que estemos en una situación que requiera un estado de sitio. Creo que es un poco apresurado.»
Moïse fue ultimado en su residencia de Puerto Príncipe en la madrugada de ayer por un comando integrado aparentemente por extranjeros y menos de 24 horas después del hecho, el Gobierno anunció que había detenido a dos sospechosos y abatido a otros cuatro.
Su esposa, quien resultó gravemente herida durante el atentado, fue trasladada a Miami ayer por la tarde.
Tras darse a conocer la noticia, Joseph -quien asumió como premier en abril pasado luego de la renuncia de Joseph Juthe en plena crisis institucional y de seguridad- dispuso de inmediato el estado de sitio, cerró el aeropuerto de la capital y blindó la frontera con República Dominicana, país con el que comparte la isla, en medio de rumores de que los mercenarios responsables del magnicidio podrían haber huido a esa nación vecina.
Por su parte, el embajador de Haití en Estados Unidos, Bocchit Edmond, aseguró a reporteros locales que Möise fue asesinado por mercenarios profesionales, que se comunicaban entre ellos en idioma español, y vestían ropas de la Administración de Control de Drogas (DEA) estadounidense.
Estados Unidos reaccionó de inmediato y rechazó cualquier participación en el magnicidio.
La oposición haitiana reclamaba la salida del poder de Moïse, con el argumento de que su mandato había concluido el pasado 7 de febrero, mientras que el presidente insistía en febrero de 2022 como término de su período de Gobierno.
En este difícil contexto, el país debe celebrar este año elecciones presidenciales, legislativas y locales, y también tiene agendado un referendo constitucional en septiembre, después de haber sido aplazado dos veces debido a la pandemia de coronavirus.
El calendario electoral que prevé en septiembre la votación para la elección de un nuevo mandatario fue confirmado ayer por las autoridades haitianas.