Esta salida es la segunda en el Ministerio de Salud por este escándalo, luego que en junio fuera echado sumariamente Roberto Días, sargento de la Fuerza Aérea director de Logística de la cartera
El escándalo de corrupción en la compra de vacunas de Brasil provocó este jueves la destitución del director de Inmunización y Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud, Lauricio Monteiro Cruz, quien había autorizado a un pastor evangélico a intermediar en un intento fraudulento de compra de vacunas AstraZeneca.
La destitución de Cruz fue publicada en la edición de hoy del Diario Oficial de la Unión, con la firma del ministro jefe de gabinete, general retirado Luiz Eduardo Ramos, cuando el país se acerca a los 19 millones de casos y supera los 528.500 muertos por coronavirus, y se afianza como el tercer país con más contagios del mundo y el segundo con más fallecidos.
La salida de Cruz es la segunda en el Ministerio de Salud por este escándalo, luego que en junio fuera echado sumariamente Roberto Días, sargento de la Fuerza Aérea director de Logística de la cartera, quien fue detenido en plena sesión del Senado ayer, cuando declaraba como testigo, por mentir bajo juramento.
Después de pagar 110 dólares, quedó en libertad, pero levantó el tono y el accionar de la comisión del Senado que investiga al Gobierno por su gestión de la pandemia.
Días está acusado de haber pedido coimas, en una conversación informal con militares lobistas y un policía en actividad de Minas Gerais para comprar AstraZeneca de la empresa estadounidense Davati, proveedora de insumos médicos.
En tanto, Cruz había dado aval para encaminar esa negociación mediante el pastor Amilton Gomes de Paula, que tiene una ONG con la cual quería hacer negocios con el Estado en la intermediación de vacunas.
El precio por vacuna negociado por el reverendo Amilton Gomes de Paula era de 17,5 dólares por dosis, tres veces más que lo que el Ministerio de Salud pagó el pasado mes de enero por cada dosis de AstraZeneca a un laboratorio indio.
Otro escándalo que involucró a directivos del ministerio -que representan a la base parlamentaria del Gobierno- tiene que ver con un contrato firmado por Covaxin, vacuna india, por sobreprecios.
Por este caso, el presidente Jair Bolsonaro está siendo investigado por el Supremo Tribunal Federal por el delito de prevaricato, es decir, porque habría sido informado de un caso de corrupción y no lo denunció, supuestamente para no afectar las relaciones políticas con su base parlamentaria, clave para bloquear los pedidos de juicio político que se acumulan en su contra.
La detención de Días generó una tormenta política sobre todo porque es el primer preso por mentir ante el Senado.
La prisión la ordenó el titular de la comisión, el senador Omar Aziz del conservador Partido Social Demócrata (PSD), quien durante la sesión denunció que existe ‘putrefacción’ en sectores de las Fuerzas Armadas que «avergüenzan a los buenos militares».
Esa declaración provocó de inmediato una amenaza del Gobierno del excapitán Bolsonaro.
El Ministerio de Defensa y los tres comandantes militares de Brasil amenazaron en un comunicado a Aziz
«Las Fuerzas Armadas no aceptarán cualquier ataque con liviandad a las instituciones que defienden la democracia y la libertad del pueblo brasileño», advirtieron en el comunicado, compartido por Bolsonaro en sus redes sociales.
El ministro de Defensa, general retirado Walter Braga Neto, y los jefes del Ejército, Marina y Fuerza Aérea, en el cargo hace solo meses luego que sus antecesores renunciaran tras negarse a adherir a la política anticuarentena de Bolsonaro, acusaron a Aziz de «faltar el respeto» a las fuerzas y «generalizar redes de corrupción».
«Esta narrativa, lejana de los hechos, golpea en forma vil y con liviandad a las Fuerzas Armadas, tratándose de una acusación grave, infundada y, sobre todo, irresponsable», denunció la nota.