La entidad destacó que se alcanzó "el nivel más alto desde julio de 2019, pese a quedar aún en situación de stress", es decir "un deterioro en las condiciones financieras prevalecientes"
Las condiciones financieras de la Argentina mejoraron en junio y se ubicaron en el nivel más alto desde julio de 2019, aunque siguen en situación de deterioro o stress, de acuerdo con el indicador elaborado por la consultora Econviews para el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
Entre los factores que prevalecieron para impulsar la mejora del Índice de Condiciones Financieras (ICF) se destacaron una menor expectativa de inflación en el mercado, un aumento de los depósitos en dólares y una baja en la prima por legislación, aunque en este caso IAEF advirtió que esto no se dio «por amor a los bonos de ley local» sino a «la intervención en el mercado de Contado con Liquidación que hacen con las autoridades».
No obstante, adelantó que en la medición de julio podría acusarse el impacto del descenso a la categoría «standalone» que dispuso la calificadora MSCI el 24 de junio, con un efecto marginal el mes pasado.
El ICF mejoró en junio 12,7 puntos y se ubicó en -21.6 puntos, con un incremento en el nivel tanto en el subíndice que mide las condiciones locales como el que evalúa las internacionales.
La entidad destacó que se alcanzó «el nivel más alto desde julio de 2019, pese a quedar aún en situación de stress», es decir «un deterioro en las condiciones financieras prevalecientes».
«A menores valores del índice, mayor es el nivel de stress financiero», remarcó IAEF, que a su vez puso de manifiesto la relación entre ese indicador y la actividad económica.
En ese sentido, señaló que «la economía argentina siempre creció en forma sostenida cuando las condiciones financieras se mantuvieron en zona de confort durante un lapso prolongado».
Para este año, agregó «el rebote del piso está prácticamente asegurado dado el arrastre estadístico», luego de un 2020 con una caída del 9,9% en el Producto Bruto Interno.
«El viento de cola va a ayudar y se percibe en la acumulación de reservas del Banco Central».
Si bien IAEF señaló que «la Argentina no puede aprovechar esa bonanza del lado financiero porque no tiene abierto el mercado de capitales», destacó que «los precios de las materias primas proveen mayor volumen de exportaciones y recursos fiscales que dieron algo de confianza al mercado en las últimas ruedas».
«En la medida que este viento favorable continúe, se puede pensar en mejores escenarios para el 2022», confió la entidad.
No obstante, advirtió sobre complicaciones en el plano internacional: «El gran riesgo para la Argentina -sostuvo IAEF- es que una vez que se ponga más atractiva para los mercados del mundo, con un programa del FMI que reduzca la incertidumbre, las condiciones globales no sean tan auspiciosas como en la actualidad», ante la posibilidad de un aumento de la tasa por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos.