Política y Economía

El acuerdo con el Club de París quita presión en las negociaciones con el FMI


El acuerdo permitió evitar una mayor presión sobre el nivel de las reservas (hoy levemente por encima de US$ 42.000 millones), mientras duren la crisis económica y la pandemia

El entendimiento entre la Argentina y el Club de París de patear hacia adelante el pago de parte de los vencimientos quitó la presión en las negociaciones con el FMI de alcanzar un acuerdo antes de fin de julio, fecha límite para no caer en default con el Club, organismo que manifiesta la necesidad de un programa con el Fondo como condición para renegociar la deuda.

También el acuerdo con el Club de Paris, que fue elogiado por el FMI a través de su vocero Gerry Rice en su conferencia de prensa del último jueves, permitió evitar una mayor presión sobre el nivel de las reservas (hoy levemente por encima de US$ 42.000 millones), mientras duren la crisis económica y la pandemia.

En concreto, para la cuenta de salida de reservas, el acuerdo implica un alivio para el 2021 de US$ 2.000 millones (que por otro lado serán sometidos a nueva renegociación antes de marzo de 2022, como se mencionó), y la Argentina pagará de aquí a marzo próximo una deuda externa con el Club por sólo unos US$ 430 millones.

El proceso de recomposición de reservas de los últimos meses tendrá un fuerte complemento que consistirá en una nueva inyección de divisas de parte de la moneda del FMI, el DEG, tras prosperar ante el G20 y el FMI una iniciativa liderada por Kristalina Georgieva y que ayer se trató formalmente en el directorio.

Según la iniciativa en danza, los países miembro recibirán una asignación de 650.000 millones de dólares través de la ampliación de derechos de giro (DEG), lo que a la Argentina le permitiría recibir alrededor de US$ 4.350 millones en los últimos días de agosto próximo.

De esta forma, la Argentina podrá negociar más cómodamente para un acuerdo sustentable de deuda con el FMI y evitar que las reservas sigan sangrando por el lado de los organismos y poder apuntalar su recomposición, aunque la misma se ve amenazada por la duración de la crisis y los pagos que haya que realizar al Fondo mientras duren las negociaciones.

Para este año estaba pautado a comienzos de este período el pago de vencimientos de la Argentina con el FMI de cerca de US$ 5.200 millones, de los que unos US$ 3.800 millones son vencimientos de capital, que hay que comenzar a pagar desde septiembre próximo.

Estos vencimientos son parte del acuerdo stand by que firmó el Gobierno de Mauricio Macri por US$ 57.000 millones, de los cuales la Argentina recibió unos US$ 44.000 millones aproximadamente.

Aún no se comenzó a pagar el capital de esta deuda, pero a partir de septiembre y por el lapso de dos años, debería terminar de liquidarse casi todo el préstamo, algo que en el contexto actual de pandemia y crisis económica es imposible de cumplir.

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No obstante, ya se pagaron intereses por cerca de 630 millones de dólares en lo que va del 2021, según se desprende de los datos de la página web del FMI.

Resta pagar para lo que queda del año una cifra no menor a US$ 736 millones en intereses . El próximo pago al FMI deberá abonarse en agosto por US$ 346 millones, si no se consigue un acuerdo antes de esa fecha.

Al respecto, de ambas partes confirmaron que las negociaciones «constructivas» para un nuevo programa de Facilidades Extendidas, que reemplace al actual stand by, continuarán a nivel presencial el 9 de julio en Venecia, Italia, en coincidencia con las sesiones de ministros de Finanzas del G20.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, enfatizó el último martes que el Gobierno busca ante todo un buen acuerdo con el organismo que preside Georgieva.

«Continuaremos trabajando de forma constructiva con el FMI; este horizonte nos da mayor certidumbre, la fecha de 31 de marzo de 2022 no quiere decir que condicione la fecha de un acuerdo con el FMI, nuestro objetivo es tener un buen acuerdo, cuanto antes mejor, pero la prioridad es que sea bueno», recalcó Guzmán.

Además de la renegociación de la deuda, el gobierno busca obtener también un alivio en las reservas por el lado de los recargos de interés de préstamos considerados de carácter excepcional como el que suscribió Macri, que demandan una mayor carga en los costos de deuda por intereses.

Esto es, el organismo que preside Georgieva aplica lo que se llama un «sobrecargo» o «sobretasa» al préstamo que otorga cuando el monto supera en un 187,5% lo correspondiente a la cuota del país, y la Argentina debe un monto que supera en 1001% su cuota.

Esta discusión fue llevada por la Argentina y México también a nivel multilateral y para beneficiar a todos los países de ingreso medio, ya que con la pandemia son varios los países que pasaron a ostentar la credencial del club de los países con préstamos excepcionales.

Otro de los pedidos de estos países es la posibilidad de tener DEG adicionales de países que no los necesiten, siendo todas las iniciativas en pos de recomponer las reservas.

Rice aclaró también que en el organismo se seguirá discutiendo el pedido de la Argentina, México y otros países para que una parte de esos DEG puedan ser prestados «en forma voluntaria».

En cuanto a la evolución de las reservas, las mismas están a un nivel de casi cuando la Argentina solicitó formalmente la necesidad de buscar un nuevo acuerdo con el FMI el pasado 26 de agosto, al filo del cierre del canje de deuda con los acreedores privados por más de US$ 100.000 millones.

Por entonces las reservas eran de US$ 42.952 millones; en el medio, hubo un período de shock financiero y caída en las reservas durante la primavera del 2020 hasta que se llegó a un piso a principios de diciembre, de US$ 38.962 millones, para luego recuperar parte de dicha caída y alcanzar un nivel de US$ 42.720 millones a mediados de junio de 2021, de la mano de cierta recuperación y de los ingresos por las exportaciones de commodities.

Pese a los esfuerzos oficiales en bajar los pagos de la deuda en dólares para no perder reservas, el último dato al 23 de junio dio que estas se ubican en US$ 42.402 millones, en un nivel un poco menor que hace 10 meses, cuando la Argentina solicitó un nuevo programa al FMI.