El presidente de Nicaragua justificó la detención de 19 opositores a pocos meses de las elecciones en el país
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, defendió la decisión de la justicia de su país de encarcelar a 19 opositores a cinco meses de las elecciones, aclaró que esos dirigentes no son «candidatos» ni «políticos», sino «criminales» que atentaron «contra la seguridad del país» y los señaló como “agentes del imperio yanqui”.
«Eso es lo que estamos persiguiendo, eso es lo que se está investigando y eso es lo que se castigará en su momento», afirmó Ortega en un acto televisado anoche, que marcó su primera aparición desde el 18 de mayo y, también, su primera reacción pública tras la ola de detenciones ordenadas por las autoridades en base a una ley votada a fines de 2020 por la mayoría oficialista en el Congreso.
Hasta ayer había 19 personas detenidas por «incitar a la injerencia extranjera» y «aplaudir sanciones» contra el Gobierno sandinista, entre ellos cinco aspirantes a la Presidencia, políticos, un banquero y hasta excamaradas de armas de Ortega del guerrillero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
Los familiares de esos arrestados emitieron hoy un comunicado conjunto en el que reclamaron “respeto a la integridad física y los derechos humanos” de los detenidos, “incluyendo el derecho a comunicarse con ellos”, porque, alegan, en varios casos ni siquiera tienen información acerca de dónde están alojados.
«Que no vengan con el cuento de que son candidatos; aquí no hay ningún candidato inscripto; no ha llegado el tiempo para que haya candidato», aseguró Ortega, quien acusó a todos los detenidos de ser «agentes del imperio yanqui», que «conspiran contra Nicaragua, para derrocar al Gobierno».
«Están hablando en los medios de comunicación de la derecha que están detenidos precandidatos; si no eran (precandidatos) ni de su propio grupo, menos de una unidad (alianza) que nunca existió», agregó el mandatario, citado por la agencia de noticias AFP.
El jefe del Estado encabezó junto a su esposa, la vice Rosario Murillo, un acto en homenaje al excomandante guerrillero Carlos Fonseca en la Plaza de la Revolución, donde incluso se cantó “Comandante Carlos Fonseca”, la canción de Carlos Mejía Godoy, el cantautor que debió exiliarse en 2018 tras criticar la represión del Gobierno a las protestas.
La serie de detenciones multiplicó la condena internacional contra el Ejecutivo, que fundamenta sus decisiones en aparentes intenciones de promover un golpe de Estado y pedir intervenciones militares extranjeras que tendrían aquellas personas que fueron aprehendidas.
Contra la represión y por la libertad de los opositores ya se manifestaron el Consejo permanente de la OEA, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la Unión Europea, y varias organizaciones de derechos humanos, entre ellas Amnistía Internacional y HRW.
«No hay un paso atrás; solo hacia adelante», afirmó Ortega, un exinsurgente que ya había gobernado de 1979 a 1990, tras el triunfo de la Revolución Sandinista, y que regresó al poder en 200, como candidato del FSLN, y se mantiene allí tras dos reelecciones sucesivas, con chances de buscar otro mandato el 7 de noviembre.
«No estamos juzgando a precandidatos, sino a criminales que han atentado contra el país, que están buscando cómo organizar otro 18 de abril (en alusión a las protestas de 2018). Eso es lo que se está investigando y se castigará, tal y como lo mandan las leyes», sostuvo el presidente.
Rechazó además los pronunciamientos internacionales y trazó un curioso paralelo con las detenciones en Estados Unidos de los seguidores de Donald Trump que en enero coparon el capitolio: “son más de 400 ahí y aquí están pegando gritos por 20”, comparó.
En su renovada crítica a Washington, advirtió que “el imperio yanqui es un hijo del demonio, de las cavernas, de la maldad”.
Apenas horas después de las palabras de Ortega, familiares de detenidos Juan Sebastián Chamorro, Félix Maradiaga, Miguel Mora, Tamara Dávila, Suyen Barahona, Violeta Granera, Ana Margarita Vijil, José Pallais, Miguel Mendoza, Dora María Téllez y Hugo Torres se pronunciaron en un comunicado para exigir respeto a la “integridad física” de los arrestados.
“No sabemos exactamente dónde están, ni cómo están. A pesar de llegar a diario y varias veces al día a preguntar por ellos, la Policía no brinda información. Seguimos sin saber con certeza el paradero de nuestros familiares, y ya que no tenemos ninguna notificación oficial se deben seguir considerando como personas desaparecidas”, advierte el comunicado, publicado por el sitio del diario La Prensa de Managua.
El texto reclama “conocer las condiciones en que se encuentran” y subraya que los derechos humanos “tienen prioridad por encima de cualquier norma -sea local o internacional- y por encima de cualquier ideal”.
Ayer, la titular de la CIDH, Antonia Urrejola, manifestó la preocupación del organismo por la detención de los opositores y pidió ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) protección para cuatro de ellos ante la «extrema situación de riesgo» que enfrentan.
También ayer el vocero de la ONU, Stéphane Dujarric, consideró “muy importante que las autoridades de Nicaragua respeten sus obligaciones de derechos humanos” y juzgó que el Gobierno “debe liberar a los presos políticos y líderes sociales y tiene que haber algún tipo de acuerdo amplio sobre medidas para unas elecciones que sean creíbles, transparentes y participativas”.