Distintas instituciones del país solicitan al Estado que autorice la inoculación para el rango etario de 12 a 18 años con comorbilidades, que aún no integran el Plan de Vacunación
Distintas instituciones del país solicitaron al Estado que autorice la vacunación contra el coronavirus para niños que poseen patologías de riesgo. Es el rango etario de 12 a 18 años con comorbilidades, que aún no integra el Plan Estratégico de Vacunación nacional. CLG dialogó con la titular de la Asociación Rosarina de Fibrosis Quística, Dora del Greco.
El pedido surge como una demanda que apunta a visibilizar la postergación de este grupo, que forma parte de la población de alto riesgo pero que, hasta el momento, no pueden ser vacunados. En un comunicado, la red de familias argentinas autoconvocadas “VacunaMe, Chicos en Riesgo” solicitó a las autoridades nacionales que arbitren los medios necesarios para resolver esta situación.
En diálogo con CLG, la titular de la Asociación Rosarina de Fibrosis Quística, Dora del Greco, detalló: “La campaña la realizan un montón de instituciones que nuclean a todos los pacientes con patologías en riesgo a la cual nosotros nos sumamos, porque en el país todavía no hay una vacuna de las que ya están aprobadas que se pueda usar en menores”.
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“La idea de la campaña es que se escuche esta necesidad y que pueda gestionar el gobierno con la empresa o el laboratorio que sea, una vacuna para poder darle una solución a este grupo etario de riesgo que son los pacientes menores con patologías crónicas, como pueden ser diabetes o fibrosis quística”, resaltó.
En la misma línea, explicó que aún no tuvieron una respuesta concreta desde los distintos estamentos del Estado, más allá de consultas puntuales de funcionarios de distintas provincias sobre la cantidad de niños que integran este grupo etario de riesgo.
“Todas las asociaciones de padres y pacientes saben que la vacuna Pfizer es la que se está aplicando en otros países. Acá salió en estos días que Estados Unidos va a donar esa vacuna a países de América Latina, entonces nos preguntamos por qué no destinarla a menores de riesgo, cuando para los otros grupos etarios llegan vacunas todas las semanas. Esa es la expectativa que tenemos”, subrayó Del Greco.
“Para los adultos con fibrosis quística también tuvimos que pelear para que sean considerados como pacientes de riesgo, y por suerte se pudo lograr. En total, 41 pacientes están vacunados, en su mayoría con la segunda dosis. En cuanto a menores dentro de la provincia, debe haber menos de 50”, detalló.
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Asociación de Fibrosis Quística de Rosario
La Asociación Rosarina de Fibrosis Quística Amor es una entidad de bien público, no lucrativa, cuya principal finalidad es brindar asistencia y apoyo integral a los afectados de fibrosis quística y a sus familiares, como también promover todo lo que favorezca la detección y diagnóstico precoz, su difusión y conocimiento en la sociedad.
“El gen de la enfermedad se descubre en el ’89, y desde ese entonces existe la asociación por padres que fueron socios fundadores y que aún hoy algunos la integran”, contó Del Greco.
Las primeras luchas desde la institución fueron para conseguir el tratamiento adecuado, capacitar a los profesionales que atiendan esta patología y contener a las familias. “Nosotros asistimos a las familias y a los pacientes, desde el apoyo psicológico hasta cualquier insumo que pudieran necesitar, con charlas, contestando distintos tipos de inquietudes que puedan llegar a tener y transmitiéndoles información nueva o tratamientos que puedan llegar a surgir sobre la patología”, describió.
Asimismo, destacó que se los asiste “no solo con consejos y sugerencias, sino también con donaciones de insumos que a veces son difíciles de conseguir y los ayudamos a obtener todo lo que necesitan para poder llevar adelante el tratamiento”.
La enfermedad de la fibrosis quística es genética, donde de cada dos papás portadores hay un 25% de chances de que los chicos tengan la patología.
“El tratamiento es paliativo, de sostén para evitar el deterioro, pero la fibrosis quística aún no tiene cura. La ciencia evolucionó mucho en los tratamientos y modifica un poco el curso de la enfermedad, detiene la progresión. Hay nuevas drogas que hacen que los pacientes tengan menos infecciones, mejoren su peso, su estado nutricional y, por ende, su calidad de vida”, remarcó la titular de la institución.
Por último, Del Greco contó que “el tratamiento es crónico. En general tiene un alto costo, pero con la ayuda de la ciencia se logró aumentar la expectativa de vida, debido a que antes era de 30 años y hoy hay pacientes de 50 años”.