Por José Odisio
Por José Odisio
Hace un año, en medio de la pandemia que había detenido al mundo, el hincha leproso explotaba de felicidad. Maxi Rodríguez había confirmado su continuidad, Pablo Pérez parecía acomodado tras su retorno y Nacho Scocco decidió regresar. Nada podía ser mejor incluso con un Kudelka que había salvado a la Lepra del descenso y pintaba para más.
Hoy todo es distinto. El hincha está enojado, decepcionado, malhumorado. Las expectativas son bajas, cuesta encontrar motivaciones. Y el pesimismo es una constante, ya sea en la calle, en los bares y especialmente en las redes sociales. Nada alcanza, ni siquiera ver a los ídolos con ganas de revertir un momento deportivo complicado.
Gamboa piensa distinto. Confía en los ídolos, en su presencia en el vestuario, en su jerarquía en la cancha. Está seguro que el amor propio y la bronca de Maxi, Nacho o PP8 va a ser positiva para levantar al equipo. Obvio que tendrá que darles un contexto, una idea de juego, una mejor preparación física, algo distinto a lo que se vio en una temporada para el olvido.
¿Tener a Nacho es una desventaja? Para muchos hinchas, escépticos, cansados de malos resultados y actuaciones para el aplazo, parece que sí. Pero muchos equipos del fútbol argentino lo querrían en su plantel, ¿o acaso la jerarquía no vale? Y Nacho la tiene, al igual que Pablo Pérez.
Queda Maxi, que postergó una vez más su retiro para estar, para dejar una mejor imagen en el final de una carrera de película llena de logros, de títulos y de momentos inolvidables.
El hincha está enojado, algunos exageradamente. Pero Newell’s tiene jugadores capacitados para revertir ese fastidio. Y que aquella felicidad de hace un año vuelva a los corazones leprosos.