Tenía 95 años y murió en su casa tras varios años de pesares. Fue referente del periodismo rosarino en la década del 70 y 80
Evaristo Monti, periodista rosarino ícono de la profesión en la ciudad, falleció este domingo a los 95 años durante las primeras horas de la madrugada mientras dormía. Fuentes cercanas al ex concejal dijeron a CLG que «era de esperar» la noticia, «pero de todas maneras produce una gran tristeza».
Fue periodista de la ciudad y tuvo su auge entre fines de los 70 y principios de los 90, cuando tomó la decisión de incursionar en la política por el peronismo santafesino. Además de periodista, fue concejal de Rosario entre 1993 y el 2001.
En abril, su esposa «Eri» también había fallecido.
CLG habló con Pablo Cribioli, periodista, ex concejal de Rosario y muy allegado a la familia Monti, que contó con pesar el fallecimiento de Evaristo: «Tenia 95 años y prácticamente estaba postrado en una cama y no podía comunicarse mucho. Murió la esposa en abril y no se enteró. Era de esperar, pero de todas maneras produce una gran tristeza».
Cribioli recordó que travesó «gran parte» de su vida, tanto en el periodismo como en la política junto a Evaristo Monti y llegaron a forjar una «relación familiar».
Para Pablo, Evaristo Monti «supo construir una personalidad única en Rosario en los últimos 50 años» y «dejó un recuerdo imborrable en el periodismo».
Entre la congoja llamó a la reflexión de «aquellos que no coincidían para nada con él», ya que «si meditan tienen que reconocer que murió un grande del periodismo de Rosario y el país».
Quienes recuerdan a Evaristo lo presentan como profesional, un gran observador, luchador, estricto y exigente, un maestro bajo todo punto de vista, porque «te enseñaba, te disciplinaba y te hacía estudiar», recordó Cribioli y remarcó que ese accionar falta en el periodismo actual.
«A veces exageradamente estricto», rememoró entre risas Pablo y agregó: «Los errores para él eran una carga enorme y trataba de que no se cometan».
Siempre se supo manejar con un micrófono prestado y una maquina de escribir, además de nunca quiso ser un empresario de los medios, a pesar de tener la posibilidad en varios pasajes de su carrera. Pero, desde su lugar, Pablo sentenció que «hizo despertar a la ciudad»: «Rosario estaba dormida bajo La Capital y apareció Evaristo con su fuerza y la sacudió con su trabajo, inteligencia e investigación», resaltó.
En cada bar u oficina se podía encontrar a Monti hablando de trabajo, su gran pasión, la misma que supo transmitir a lo largo del tiempo a quienes trabajaron con él.
Pablo Cribioli comenzó a trabajar con Evaristo en 1970 para el diario «Deportes 70». Todo comenzó cuando Cribioli mandó una carta a los lectores y Monti la leyó. Al día siguiente se encontraron a cenar y a partir de allí formaron una amistad inclaudicable a pesar de que el tiempo los llevó por distintas emisoras y redacciones.
Sólo se cortó en 1987, cuando Cribioli se presentó como candidato a concejal de Rosario por la Unión Cívica Radical, en ese año Monti se molestó muchísimo: «Evaristo se enojó mucho porque estaba en mi mejor momento y con el tiempo sin hablarnos nos reencontramos en el Concejo haciendo político», nuevamente rió al recordar a su colega y amigo.
Justamente, Cribioli fue el encargado de tomarle juramento en el Palacio Vassallo cuando Evaristo Monti ganó las elecciones en 1993.
En los últimos años la edad avanzó sobre él y le costaba mucho hablar y movilizarse. Prácticamente no se enteró de la muerte de su esposa Eri en abril. «Fue el gran amor de su vida y siempre dio la impresión de que no podían vivir uno sin el otro», aseguró Cribioli.
Sobre el final reconoció que «probablemente se haya equivocado en muchas oportunidades, pero dejó una impronta desde lo periodístico que no tenía Rosario, fue un precursor».
Al mismo tiempo quienes lo recuerda reconocen que construyó una vida privada enorme y deja en la sociedad una impronta sin igual. Para muchos es el mejor periodista que dio la ciudad de Rosario y este 20 de junio de 2021 apagó el micrófono definitivamente.