A la meseta en las ventas se le suma la inflación que semana a semana pone en jaque a este grupo de comercios minoristas de Rosario
En esta época de pandemia comenzó a circular el concepto de «comercios de cercanía», un grupo de almacenes y pequeños negocios barriales impulsados por las autoridades como objetivo de mitigar la circulación de las personas. Al ser esenciales no sufrieron cierres por confinamiento y siguieron trabajando. De todas formas, la situación económica del país los empuja competir contra un problema que parece sin solución: la inflación.
Es que aunque estuvieron abiertos desde los inicios de la pandemia en Argentina, sufrieron la cuarentena de otros y ven como semana a semana deben cambiar los precios, lo que significa otro golpe al bolsillo del rosarino. Así luchan para subsistir, dependiendo el día y aumentando más la incertidumbre de ventas cuando se sale del centro rosarino.
Los almaceneros hablan de aumentos promedios del 20% y que la gente analiza desde hace varios meses las marcas alternativas. También denuncian desabastecimiento y ponen al aceite y sus productos derivados como ejemplo.
CLG recorrió almacenes rosarinos para evidenciar la realidad que viven atareados por los grandes aumentos y la poca venta.
«La gente busca lo más económico, la tercera semana del mes ya se empieza a buscar por otras marcas y es más consciente de los precios», señaló una joven almacenera que agregó: «Todas las semanas los precios aumentan y muchas veces no hay aceites«.
Por otro lado, otra almacenera expuso «aumentos reales y contundentes» que arrancan entre un 10% y tienen picos de 50%, además remarcó lo difícil de conseguir aceites. «Lo que hacemos los almaceneros es una carrera, todas las semanas aumenta y la mayoría de las empresas no te avisa. Así es muy difícil mantenerle el ritmo», relató muy preocupada.
Y destacó que en comparación de 2020 se encuentran «equilibrados» en ventas, pero que de igual forma sólo sirve para subsistir.
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