Por Diego Añaños
Por Diego Añaños
Según un informe reciente elaborado por IHS Markit para la JP Morgan, el crecimiento de la economía global está registrando su ritmo más vertiginoso en 15 años. Tanto en términos de producción corriente, como en términos de nuevos negocios, la recuperación del PBI global se consolida luego de once meses consecutivos de crecimiento en fila.
Los datos surgen de una encuesta realizada en cuarenta y nueve países alrededor de todo el planeta. Según el relevamiento, abril y mayo fueron meses particularmente buenos para la industria manufacturera que, después de mucho tiempo, tomó la delantera como el sector líder de la recuperación. Sin embargo, y más allá de las diferencias sectoriales, se destaca que los nuevos negocios, la reactivación del comercio internacional y el incremento de las órdenes de exportación, dan muestras de un fuerte impulso positivo. Además, vale mencionar que los datos no se diferencian mucho de los elaborados por la OCDE, que proyectan un robusto crecimiento de la economía global de 5,8% para 2021.
No parece ser distinto en nuestro país, y se espera que siga mejorando. Las expectativas de desempeño de la economía argentina para este año, vienen creciendo de manera progresiva en las proyecciones de los principales organismos internacionales. La OCDE, por ejemplo, que a fines de 2020 estimaba el crecimiento para 2021 en 3,7%, el mes pasado ya ubicaba sus proyecciones en 6,1%. El Banco Mundial, por su parte, y de acuerdo a los datos del Informe de Perspectivas Económicas Globales de comienzos de éste año, situaba el crecimiento para 2021 en un 4,9%. Lo paradójico es que hoy, en medio de la segunda ola, y con récords diarios de contagios y muertes, las previsiones del organismo se elevaron hasta un 6,4%. Algo similar ocurre con el FMI, que a fines de enero de 2021 pronosticaba un crecimiento de la economía Argentina de 4,5%, y el mes pasado ya lo situaba en 5,8%. En el caso del Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central la diferencia es menor, pero también marca que, a medida que pasan los meses, los pronósticos mejoran: se esperaba un crecimiento de 5,5% a fines de enero, y en el último relevamiento se pasó a 6,0%.
En síntesis, tanto la OCDE, como el Banco Mundial y el FMI, estimaban una proyección de crecimiento 2021 por debajo del 5,5% previsto en la Ley de Presupuesto. Hoy, un promedio directo de las estimaciones, muestra que los principales analistas económicos financieros locales e internacionales, esperan que la Argentina crezca algo por encima de los 6 puntos este año. La cuestión es que aún faltan siete meses para terminar el año, por lo que las proyecciones podrían seguir mejorando. Tal vez los desmemoriados lo hayan olvidado, tal vez eran demasiado jóvenes como para recordarlo, pero a mediados de marzo, el ministro Martín Guzmán, manifestó que el gobierno esperaba un crecimiento base de 7% para 2021. Algunos podrán decir que no tuvo en cuenta la segunda ola, que fue demasiado arriesgado aventurar un número tan alto. Sin embargo, parece que Sacachispas puede seguir metiendo goles.
El diario La Nación publicó a comienzos de semana las conclusiones principales de un informe reciente de la consultora económica Equilibra. Según el mismo, el nivel de la actividad económica de este año estará determinado por la capacidad de negociación del gobierno en dos asuntos puntuales: la compra de vacunas y los acuerdos con los organismos multilaterales de crédito. De acuerdo a las variables analizadas, la consultora estima para 2021 un crecimiento de 7% como proyección base, casi lo mismo que estimó el ministro Guzmán en marzo.
Hoy todos los economistas coinciden en que el frente externo es claramente favorable para la Argentina. En primer lugar porque la oferta de dólares está asegurada. Esto es así porque, por un lado los precios internacionales de los commodities generan un importante ingreso de divisas, pero también porque las restricciones al turismo internacional le quita presión a la demanda de moneda extranjera. Además las tasas de interés globales son negativas y la remesa de los derechos especiales de giro del FMI que llegará a comienzos de agosto aliviará las arcas del Tesoro Nacional.
Finalmente, también llegan buenas noticias del frente interno. De acuerdo con el Índice de Producción Industrial del Indec, la industria se expandió en abril por sexto mes consecutivo, y ya se ubica un 4% por encima de los niveles pre pandemia. La construcción ya lleva acumulado un crecimiento del 70,9% interanual en el primer cuatrimestre. La producción manufacturera, por su parte, viene mostrando un crecimiento robusto, y registró en abril un crecimiento del 55,9% con respecto al mismo mes de 2020. La expectativa del gobierno es que para noviembre los salarios ya habrán recuperado parte del poder adquisitivo, lo que permitirá que la demanda traccione el crecimiento de la economía en el último tramo del año.