Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
Esta semana el plantel de Rosario Central comenzará la pretemporada. Y todo indica que será sin caras nuevas. En un mercado que aún ni siquiera parece haber amanecido, el Canalla transita estos días con tranquilidad. Es que para el entrenador no parece haber mejor once para armar que el que terminó. Por supuesto que este pensamiento de Cristian González es porque, más allá del convencimiento que pueda tener, las arcas del club ya no rebalsan dólares como en el pasado.
Es por este motivo que, si bien algún futbolista va a llegar, el hincha no se tiene que hacer ilusiones con nombres importantes en este libro de pases.
El Kily sabe que incorporar un jugador de más jerarquía que lo que hoy tiene es una utopía y es por esto que más allá de los pedidos que hizo para reforzar la competencia en la mitad de la cancha, solicitó que dentro de lo posible traten de mantenerle el plantel. Si bien aún no hay ofertas por ninguno sí hay sondeos que por lo bajo intranquilizan al entrenador.
La dirigencia quiere vender y esperan que esos llamados se transformen en oferta. Es que más allá de que la economía del club se acomodó bastante en este tiempo de pandemia donde bajaron los gastos en el fútbol profesional, hay muchas deudas. Deudas que fueron generadas en los anteriores mercados de pases y que por el hecho de no haber vendido lo suficiente en el último tiempo aún se mantienen.
Es muy probable que alguno de los futbolistas jóvenes que promocionó el técnico desde que arribó pueda emigrar. Si esto ocurre los dirigentes se comprometieron a suplantar al jugador que se vaya.
Un mercado que no se ha movido y que cuando se mueva será de una manera muy puntual. El Kily y la dirigencia caminan por la misma vereda y creen que lo mejor que hoy puede tener Central es lo que terminó jugando.