"El Gobierno hará todo lo que pueda para unir y unificar a todos los sectores de la sociedad israelí", le dijo Lapid al presidente de Israel, Reuven Rivlin, al informarle que alcanzó el número de bancas necesario en el parlamento para asumir el poder
El líder centrista Yair Lapid anunció hoy que logró formar Gobierno en Israel, luego de semanas de frenéticas negociaciones para sellar una heterogénea y amplia coalición que va desde la derecha religiosa hasta un partido islamista palestino y que por primera vez en 12 años dejará afuera del poder al primer ministro Benjamin Netanyahu.
«El Gobierno hará todo lo que pueda para unir y unificar a todos los sectores de la sociedad israelí», le dijo Lapid al presidente de Israel, Reuven Rivlin, al informarle que alcanzó el número de bancas necesario en el parlamento para asumir el poder.
A apenas minutos de que venciera el plazo de la medianoche, Lapid le comunicó triunfante la noticia al presidente saliente del país y ahora tendrá siete días para demostrar en el parlamento que tiene los votos necesarios para asumir.
Los dos principales líderes de esta alianza, que además se rotarían en el rol de primer ministro durante el próximo mandato son Lapid y el referente del movimiento religioso nacionalista Yamina Naftali Bennett.
La variopinta coalición, según ya habían adelantado los medios, incluirá también a los ultranacionalistas Yisrael Beytenu de Avigdor Lieberman y Nueva Esperanza de Gideon Saar, el más moderado Azul y Blanco del actual ministro de Defensa Benny Gantz, el Laborismo y Meretz, dos fuerzas consideradas de centro-izquierda; y al partido islamista palestino Raam.
Todas estas fuerzas serán necesarias para que Lapid y Bennett consigan el apoyo de las 61 bancas del parlamento que Netanyahu y su partido Likud no pudieron obtener en los últimos años, pese a ganar la primera minoría en sucesivas elecciones.
Según Haaretz, los últimos en firmar el acuerdo para formar el próximo Gobierno fueron las fuerzas de Saar, del propio Bennett y el líder de Raam, Mansour Abbas.
Resta ahora ver cómo serán los acuerdos para distribuir los ministerios del gabinete, un punto clave sin dudas del acuerdo.
La coalición es tan heterogénea que discrepa en casi todos los temas, desde la relación con los palestinos, la reactivación económica o el lugar que ocupa la religión.
Su único punto en común es el deseo de echar a Netanyahu, quien llegó por primera vez al poder hace 25 años y gobernó de 1996 a 1999, antes de ser reelegido en 2009, desde cuando ejerce como primer ministro.
El premier está siendo juzgado por «corrupción» en tres casos, lo que lo convierte en el primer jefe del Gobierno israelí que se enfrenta a cargos penales mientras ostenta el cargo.
Si el nuevo Gobierno es aprobado en el parlamento y Netanyahu deja el poder, pasará a ser un simple diputado y perderá su influencia para tratar de aprobar una ley que lo proteja de sus problemas legales.
En medio de esta jornada de frenéticas negociaciones, el laborista Isaac Herzog, de 60 años, fue elegido hoy presidente para reemplazar a Rivlin.
Antaño líder del partido laborista, Herzog logró 87 votos frente a los 26 logrados por su adversaria, Miriam Peretz, una educadora sin experiencia en política pero muy popular en la sociedad israelí, tras haber perdido dos hijos debido en el conflicto israelí-palestino.