La especialista en Educación dialogó con CLG sobre el futuro de la formación educativa de niños, niñas y adolescentes a partir de la no presencialidad
Por Jerónimo Gallay
La pandemia del coronavirus desembocó en muchos cambios para la sociedad, uno de los tantos fue la modalidad presencial en la educación. En todas partes del mundo se debió recurrir a la virtualidad ante la imposibilidad de agrupar alumnos en las aulas. Ahora, el debate se abre en torno a cómo será la educación post COVID-19. ¿Seguirá todo igual al poder volver masivamente a las escuelas o cambiará la forma de educar?
CLG consultó a la doctora en Ciencias de la Educación, Carina Cabo, que cuenta con más de 30 años trabajando como docente en el nivel superior. Además, ocupó cargos políticos en las áreas de Cultura de la provincia de Santa Fe y de la Municipalidad de Rosario.
“La escuela no puede volver tal cual era antes de la pandemia. El Ministerio de Educación, tanto nacional como los provinciales, deberían estar hace un año pensando en qué otra forma dar clases una vez que se vuelva a una cierta normalidad presencial”, destacó Cabo.
“Pienso que hay que focalizar por regiones, las necesidades de cada zona, capacitar a los docentes en el uso de las distintas plataformas y tener en cuenta otras cosas que no se tienen en cuenta hoy como por ejemplo las habilidades especiales y cognitivas: enseñar a buscar en internet o a definir un concepto y no solamente enseñar que es una célula o la capital de Francia”, agregó.
Conjuntamente, resaltó que “en la escuela como fue pensada hace más de dos siglos con un enciclopedismo muy fuerte, se valoraba siempre el contenido o el conocimiento, y hoy que el conocimiento va cambiando tan rápido, hay que enseñarle a los niños otro tipo de habilidades”.
“Es una gran fortaleza que tiene que tener el Estado y deberá estar pensando otras propuestas para no volver a la escuela que teníamos. Esa en la que los chicos están ordenados uno atrás del otro, donde se entra a las 8 y se sale a las 12, donde se enseñan materias fragmentadas o atomizadas. En el futuro se podría mejorar enseñando con proyectos, casos y problemáticas que aborden varias materias”, subrayó.
En la misma línea, Cabo detalló la importancia de “no seguir dándole tanta preponderancia al contenido sino a lo que puede hacer el joven o niño con ese contenido”.
Por otro lado, hizo referencia a la vinculación entre los propios jóvenes que también se vio afectada por la pandemia. “No solamente perjudica a los chicos en la tarea escolar, sino que hay mucha angustia, malestar. Nos preocupamos por los contenidos, pero yo no creo que eso sea tan grave. Vamos a tener que ver qué hacer con los adolescentes que no salieron durante un año, que no tuvieron grupos de amigos que les permita una socialización, grupo de pares”.
“La escuela como institución permite que aprendamos a convivir, no solamente te garantiza aprendizaje, te permite estar con otros y aprender habilidades sociales que tienen que ver con la empatía, el respeto, la solidaridad. Ahora estamos desde casa y eso no se puede”, indicó Cabo.
Por último, destacó las certezas que dejó la pandemia: “La escuela nos enseña a convivir con otros, el tener tecnología no nos garantiza que los chicos sigan aprendiendo y para enseñar hay que saber, estar especializado, ya que las maestras estudian más de cuatro años para dar clases”.
APRENDER JUGANDO
“Otra posibilidad de enseñanza en el futuro pienso que puede ser trabajar con juegos, con cuestiones más dinámicas. Un estilo parecido a la educación Montesori que tiene que ver más desde la experiencia, desde el interés, pero aprovechando también los usos de la tecnología”, señaló Cabo.
“Juegos como el Age of Empires –que originariamente fue pensado para la escuela–, el Preguntados o hasta el Pokemos Go, pueden ser muy útiles si se aplican de la forma correcta. Como herramienta son fantásticas ya que los juegos nos entretienen pero también permiten aprender, obviamente siempre bien guiado por un docente”, cerró.