Hasta esta reforma, se consideraban dentro del encuadre general de "delitos contra obligaciones especiales"
El papa Francisco incorporó al Derecho Canónico los delitos de abusos a menores y la posesión de pornografía infantil como crímenes «contra la dignidad de las personas», según una nueva Constitución en materia penal para la Iglesia publicada por el Vaticano que busca «responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo».
A través de la Constitución Apostólica Pascite Gregem Dei («Alimenta el rebaño de Dios»), el pontífice dio hoy un paso más en su lucha contra la pederastia dentro de la Curia y enfatizó las herramientas penales con las que la Iglesia sancionará esas conductas, que pasarán a estar calificadas como «delitos contra la vida, dignidad y la libertad del hombre».
Además, la nueva disposición penal dada a conocer este martes plantea a través de la reforma del Libro VI del Código de Derecho Canónico que también serán penalizados ese tipo de delitos cometidos por laicos que ocupen funciones en la Iglesia, y ya no solo los cometidos por los religiosos.
En ese marco, el nuevo canon 1398 dispone que «sea castigado con la privación del oficio y con otras justas penas, sin excluir, si el caso lo amerita, la expulsión del estado clerical» el clérigo que «comete un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo con un menor o con persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón o a la que el derecho reconoce igual tutela».
También será castigado en la misma línea quien «recluta o induce a un menor, o a una persona que habitualmente tiene un uso imperfecto de la razón, o a la que el derecho reconoce igual tutela, para que se exponga pornográficamente o participar de exhibiciones pornográficas, tanto verdaderas como simuladas» o quien «inmoralmente adquiere, exhibe, conserva o divulga, en cualquier forma e instrumento, imágenes pornográficas de menores o de personas que habitualmente tienen un uso imperfecto de la razón». Hasta la reforma de hoy, los crímenes vinculados a los abusos se consideraban dentro del encuadre general de «delitos contra obligaciones especiales».
Según planteó el Papa en la Constitución con la que promulga las nuevas disposiciones canónicas, «en continuidad con el enfoque general del sistema canónico, que sigue una tradición de la Iglesia consolidada a lo largo del tiempo, el nuevo texto modifica el derecho hasta ahora vigente, y sanciona algunos nuevos tipos penales».
Según explicó el secretario del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos Juan Ignacio Arrieta, al presentar hoy la nueva legislación en el Vaticano, a partir de ahora serán juzgadas «las acciones realizadas no sólo por parte de los clérigos», sino también «los crímenes de este tipo cometidos por religiosos no clericales y por laicos que ocupan algunos roles en la Iglesia, así como cualquier comportamiento de este tipo hacia adultos pero cometidos con violencia o abuso de autoridad».
En el texto que acompaña la nueva legislación, el Papa enmarcó los cambios «en el contexto de los rápidos cambios sociales que experimentamos, bien conscientes de que «no estamos viviendo simplemente una época de cambios, sino un cambio de época», y consideró que «para responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia en todo el mundo, resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal».
Además de las nuevas disposiciones en materia de lucha contra los abusos, las reformas introducen también nuevos delitos en asuntos económicos y financieros para buscar «la absoluta transparencia de las actividades institucionales de la Iglesia», explicó el presidente del Pontificio Consejo, Filippo Iannone.
La nueva legislación dispone penas para «el clérigo o el religioso que, aparte de los casos ya previstos por el derecho, comete un delito en materia económica», al tiempo que mantiene «la obligación de reparar el daño».
En línea con la doctrina impulsada por el Papa, la reforma presentada hoy sentencia que «toda persona es considerada inocente mientras no se pruebe lo contrario» y enfatiza la prevención de delitos para «poder intervenir a tiempo para corregir situaciones que podrían agravarse, sin renunciar sin embargo a las precauciones necesarias para la protección del presunto infractor», según Iannone.
Los cambios presentados hoy estarán vigentes desde el 8 de diciembre, informó el vocero papal Matteo Bruni, tras un trabajo que tomó 12 años.