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Fin de semestre leproso: Burgos, una apuesta que no funcionó


Por José Odisio

Por José Odisio

“Tenemos un contrato firmado, un proyecto. Es la hora de arremangarse, de trabajar, de buscar la gente que nos va a acompañar. Creo que los directivos también nos van a acompañar”. Las palabras de Germán Burgos en la rueda de prensa posterior al partido ante Goianiense son muy claras: el Mono no tiene intenciones de dar un paso al costado y ahora la dirigencia deberá negociar una salida que está decidida en las intenciones pero no será sencilla de resolver en los papeles.

Burgos debutó en el banco leproso el 19 de marzo, con un empate 0-0 ante Unión que no parecía tan malo para un equipo que llegaba golpeado anímicamente y muy mal preparado físicamente tras un espantoso final de ciclo de Frank Darío Kudelka.

El juego propuesto por Burgos en cancha no era muy seductor para los hinchas, pero el inicio con seis partidos invictos, con una buena victoria 3-1 ante Lanús generaba cierto entusiasmo. Pero el DT no supo cómo administrar las energías con la doble competencia y con el inicio de la Sudamericana comenzaron los problemas.

Los 9 partidos posteriores trajeron resultados desfavorables, ya que sumó apenas dos triunfos, ambos ante Palestino de Chile, dos empates y cinco derrotas. Pero más allá del flojo desempeño numérico en este tramo final, hubo resultados que en otras circunstancias podrían considerarse “saca técnicos”. La derrota inapelable 3-0 en el Clásico, la eliminación de Copa Argentina ante el débil Sarmiento, y el tercer puesto en el grupo de Copa Sudamericana redondearon fracasos consecutivos y con poco tiempo para asimilar, que pusieron a Burgos en la puerta de salida, aunque el propio DT crea que va a seguir.

El ciclo Burgos tiene apenas dos meses. No parece demasiado tiempo para un entrenador que no pudo hacer pretemporada ni elegir a sus jugadores. Y a favor del Mono, las lesiones fueron una constante y perdió a jugadores importantes en los partidos decisivos, como Cacciabue, Negri y Cristaldo, sumados a Maxi, Lema y alguno más que se cayeron en el tramo final.

Y hubo una proyección de juveniles, tal vez exagerada, que incluso puede entenderse más a un manotazo de ahogado o un castigo a los referentes que a una convicción del DT. Milton Leyendeker, Facundo Mansilla, Patricio Acevedo, Brian Aguirre tuvieron su estreno con el Mono, quien además le dio muchos minutos a Diego Calcaterra, Juan Pablo Freytes, Juan Sforza, Luciano Cingolani, Ramiro Sordo, Manuel Llano, Nicolás Castro y Enzo Cabrera. Algunos incluso jugaron más que referentes como Nacho Scocco, Fernando Belluschi o Pablo Pérez.

Tal vez ese mal manejo de la rotación fue uno de los motivos de los malos resultados cuando arrancó la doble competencia, con un lógico enfado de referentes que vieron muchos partidos desde el banco sin entrar ni un minuto.

Para peor, las declaraciones de Burgos posteriores a los partidos muestran una visión del juego preocupante, especialmente porque no son palabras de compromiso, sino más bien una creencia errónea del Mono sobre el funcionamiento del equipo.

Los golpes fueron muy duros. La derrota en el Clásico fue lapidaria y la eliminación de Copa Argentina fue la gota que colmó el vaso de la dirigencia, que a esta altura entiende que bancar a Burgos es casi un suicidio. Ahora será tiempo de negociar y convencer a un Burgos que parece vivir en un mundo irreal y se aferra al puesto de entrenador leproso con fuerza.