Tras el comunicado en el que Aehgar anunciaba que no iba a pagar impuestos hasta no recibir asistencia, CLG consultó a referentes del comercio: "Si no podemos trabajar es imposible que podamos pagar los impuestos"
Por Gina Verona Muzzio
En los últimos días, y ante el incremento de restricciones debido al avance sostenido de la segunda ola de contagios de coronavirus, comerciantes gastronómicos anunciaron mediante un comunicado de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario (Aehgar) que no pagarán impuestos hasta no recibir ayuda económica. Mientras, referentes de distintos rubros del comercio indicaron a CLG que la imposibilidad de afrontar los impuestos es un hecho y es la manera en que muchos consiguen subsistir en esta grave situación económica.
Alejandro Pastore, titular del Paseo Pellegrini, dijo a CLG que a catorce meses de haber comenzado la pandemia y los consecuentes cierres y restricciones la gran mayoría de las empresas gastronómicas ha contraído un pasivo muy grande, mientras que otras cerraron. “Honestamente, la única determinación posible para pretender subsistir es hacer frente a salarios y proveedores. Es una cuestión de subsistencia”, explicó.
“Estamos resolviendo lo mínimo indispensable con la capacidad de compra que nos queda para hacer frente a lo que permite que el negocio siga funcionando”, ahondó Pastore. Y aclaró: “El tenor del comunicado no es incitar a otros a la rebeldía, es casi un pedido de auxilio. El sector llegó a un límite. Hay dos formas de resolverlo: asistencia o trabajo. O asistencia y trabajo, para ser más preciso”.
Respecto a cómo ha desarrollado la actividad el sector en los últimos días de confinamiento y restricciones más estrictas, Pastore comentó que algunos bares “han tenido ventas cero, porque no tienen sistema de delivery”. Mientras que, para los que tienen las ventas, “oscilan entre un 10 y un 20% del total de las ventas. Gran parte del delivery se canaliza por las aplicaciones que tienen una comisión de 18% más impuestos, que sería un 25% del total de la venta”.
“No es que estemos haciendo un llamamiento al no pago de impuestos, estamos diciendo que nosotros no podemos pagarlo porque no hay caja para hacerlo. Los impuestos son la obligación que toma el sector productivo al estar en actividad. Al no haber actividad, sostener los impuestos es completamente injusto. Si hay restricciones tiene que haber compensación”, concluyó.
Por su parte, Miguel Rucco, presidente de la Asociación de Comerciantes de Calle San Luis, dijo a CLG que en el último tiempo “ha caído muchísimo la venta. Estamos haciendo un 20% de lo que recordamos que era la antigua normalidad” y que las restricciones impuestas para intentar combatir la segunda ola ha afectado aún más.
Si bien Rucco consideró que “los comercios no son lugares de contagio, entendemos la emergencia sanitaria, que hoy no hay camas. No queremos que nadie cercano se contagie”. Por eso añadió: “No hemos pensado en una rebelión fiscal, aunque esto en parte sucede. Todos pagamos los sueldos, los que pueden postergar los alquileres, si no corren intereses. Lo que estamos postergando son los impuestos. Está sucediendo de hecho. Estamos en moratorias o hemos sacado algún crédito y estamos cumpliendo como podemos”.
Mientras tanto, Ricardo Diab, titular de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came), aseguró al respecto: “Si estábamos complicados ya con los horarios restringidos, ahora en la mayoría de los sectores, estamos mucho más afectados de lo que veníamos”.
Sobre los números, Diab explicó a CLG que “en abril hemos marcado un aumento respecto a abril del año pasado, pero es mentiroso, porque no hubo actividad. Si comparamos con 2019, estamos en algunos casos un 22% o 23% abajo”. Y agregó: “Los comerciantes nos dicen que en líneas generales no se está vendiendo más del 30 o 40% de lo que se vendía en una situación normal”.
Asimismo, el vocero de Came recordó que “a nivel nacional sacamos un comunicado donde pedíamos un plan de contingencia para pagos fiscales, impositivos, cualquier tipo de deuda con entidades bancarias privadas, por el período que estamos paralizados”.
“Si no podemos trabajar es imposible que podamos pagar los impuestos. Más allá de que lo enfaticemos, es un hecho que se está dando en la práctica. Hay diferimientos, hay postergación e imposibilidad de pago. Sin querer hablar por Aehgar, entiendo que lo que quieren decir es que no se pueden pagar impuestos si no se trabaja”, finalizó Diab.
Desde la Cámara de Heladeros Artesanales ilustraron un panorama acorde con el de los demás sectores. Su presidente, Ciro Cacciabue, afirmó a CLG: “El sector viene muy complicado. Acabamos de mandar una carta a la Secretaría de Comercio del Ministerio de la Producción. Las ventas disminuyeron un 50% y el 90% de esas ventas se realiza por aplicaciones, que se llevan alrededor del 40% de lo que paga el cliente”.
Cacciabue comentó que durante 2020, los empresarios del sector difirieron todos los pagos para comenzar a afrontarlos durante la que suele ser la temporada fuerte para las heladerías. Sin embargo, expresó: “Esta temporada 2021 hubo un 42% menos de empleados. Nosotros tenemos empleados permanentes y temporarios, este año no hubo temporarios prácticamente. Las heladerías se mantuvieron con los que tienen inscriptos para todo el año”.
“La mayoría de los productores heladeros son empresas familiares. Estamos pidiendo acceder a los Repro. Nosotros nunca dejamos de hacer lo que el Estado nos pidió, pero la gestión de un negocio necesita previsibilidad. Se sabía que esto iba a pasar, Europa ya pasó la tercera ola. El sector de las pymes privadas viene haciendo un gran esfuerzo durante esta problemática, que es real, yo no niego que exista”, analizó.
Y reafirmó: “Gastronómicos perdió 4.000 puestos de trabajo en Rosario. Necesitamos una participación mucho más activa de todos los niveles del Estado y una previsibilidad. Que nos digan cuándo vamos a poder trabajar, a qué hora cerrar”.
En referencia a la carta enviada a la Secretaría, Cacciabue indicó: “Les contamos la situación y preguntamos qué tipo de colaboración van a aportar ellos. No decimos que no vamos a pagar. En este momento tienen que salir a subvencionar las empresas que mayor mano de obra dan. Muchos de los colegas, no es que no quieren pagar: es que no pueden. La realidad es que no se puede. Diferimos todos los pagos del año pasado, para pagarlos desde octubre, pero el verano fue un desastre, hubo cierres y ahora estamos más que complicados”.