La gesta de la Revolución de Mayo dio el primer paso para romper lazos con España. "Las identidades buscaron reconocerse en un colectivo general", indicó a CLG la historiadora rosarina Marcela Ternavasio
El 25 de Mayo de 1810 es una de las fechas más representativas en la historia de Argentina. Aquella movilización hacia el Cabildo fue el punto cumbre de una semana donde el concepto de libertad comenzó a crecer de la mano de la revolución y ese día fue motivo de celebración año tras año. Con diferentes connotaciones y diversas miradas, 212 años después se vuelve a conmemorar el comienzo del fin del dominio de la Corona española en Latinoamérica.
Año tras año se recuerda este hito en la historia nacional y se lo empodera como una de las fechas más icónicas de la historia de América. CLG repasó con la historiadora rosarina Marcela Ternavasio como evolucionó el 25 de mayo.
Remarcó que “sin dudas” el 25 de mayo “es una gesta heroica, por su ruptura de lazos coloniales y por todos los relatos patrióticos que se trasmitieron”. Pero sin titubear hizo hincapié que esta jornada marca como las “identidades buscaron reconocerse en un colectivo general, en este caso de Nación” y aclaró: “Aun cuando en 1810 no se tenía ni la menor idea de estar construyendo una Nación y que esa iba a tomar los perfiles que finalmente constituyeron a la república y la identidad, por eso hago hincapié en la identidad colectiva antes que en la Nación”.
Haciendo un breve repaso todo comienza el 18 de mayo de 1810 en Buenos Aires, cuando Manuel Belgrano y Juan José Castelli ya sabían que la Junta de Sevilla había caído en manos de Napoleón Bonaparte y el Virrey Baltasar Cisneros se vio acorralado ante la noticia. Al día siguiente, los Patriotas tenían decidido que la única forma de salir del virreinato era con una revolución democrática, pero mostrando lealtad al rey depuesto Fernando VII. En tanto, Cisneros, ya en el 20 de mayo, sabía que no podía evitar la convocatoria a un Cabildo Abierto y dispuso dos días para organizarlo. Pero, 24 horas más tarde, Domingo French y Antonio Berutti, desconfiaban del español y se presentaron con “La Legión Infernal” para exigir su renuncia, el tumulto era tal que sólo pudo Cornelio Saavedra (en ese entonces jefe del Regimiento de Patricios) disipar a la multitud asegurando que su reclamo tenía apoyo militar. El 22 de mayo llegaría el Cabildo y allí se decidió que el Virrey no tenía más potestad sobre las Provincias del Río de la Plata. Sin embargo, el 24 la Junta del Cabildo anuncia sus nuevas autoridades y deciden que sea comanda por Baltasar Cisnero, secundado por Cornelio Saavedra y Juan José Castelli, dos criollos, y por Juan Solá y José Santos Incháurregui, dos españoles.
Pero llegaría el famoso 25 de mayo. Otra vez con French y Berutti a la cabeza y quienes se encargaron de repartir los primeros intentos de escarapelas celestes y blancas, la multitud rechazó la decisión del cabildo y pidió una gobierno de mayoría criolla. Así nació la Primera Junta con Cornelio Saavedra como principal y con Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea (estos dos últimos los únicos extranjeros), como vocales y Juan José Pasó y Mariano Moreno, como secretarios.
Mucho se dijo de esta fecha y de la semana anterior a la formación de la Primera Junta, lo que quedó claro es que las Provincias del Río de la Plata daban un paso importante para, lo que fue tiempo después, la conformación de varias naciones, entre ellas Argentina.
En este sentido, Ternavasio remarcó que, como historiadores, lo importante es marcar las discontinuidades y que la “presintificación constante fuerzan al pasado a marcar continuidades” que no son tales para luego sentenciar que “es difícil encontrar rasgos de aquella sociedad en los que podamos identificarnos, es una sociedad absolutamente transformada en todos los niveles”.
No obstante, volvió a tomar el concepto de “identidad” para decir que “la sociedad argentina nace como una suerte de sociedad democrática y esto es una marca muy nuestra”.
“La idea de sociedad frontera (ser una zona marginal dentro del imperio y no tener las jerarquía sociales tan acentuadas como en otras regiones del territorio conquistado como Perú o México, que fueron los primeros centros virreinales) produjo la noción de igualdad, que penetra rápidamente en nuestra sociedad y eso se puede comparar hoy con otros países cercanos como Chile, que en 2019 reclamó esa cuenta pendiente de igualdad”, explicó la historiadora rosarina.
En cuanto a la población que habitaba el territorio la definió como “multiétnica” y justamente esa característica se vio plasmada en las “distintas formas de entender la representación ciudadana” por lo que se generó una “huella de sociedad igualitaria”.
Para Ternavasio, el 18 de mayo fue una de las fechas claves en la Semana de la Revolución ya que la “sensación que había era que la península quedó en manos de Francia”, pero se detuvo en el 22 de mayo cuando Cisneros decide abrir el Cabildo como una “figura constituida en las leyes de India y la cultura jurídica hispánica para resolver temas de interés colectivo y tras dos días de incertidumbre llega la movilización del 25”.
Por último, la historiadora expuso los contrapuntos en dos de las fechas más importantes de la constitución de Argentina: el 25 de Mayo de 1810 vs. el 9 de Julio de 1816, día que se firmó la primera constitución nacional.
En este punto, contó que la primera fecha es ícono ya que se comienza a celebrar desde 1811, “pero no olvidemos que la soberanía todavía estaba en manos de Fernando VII y la Primera Junta jura en nombre de él”. Es así que, Ternavasio, también le da protagonismo a la segunda fecha: “Allí es cuando jurídicamente se toma la decisión de romper amarras con la Corona de España y se corta con toda dependencia extrajera”.
“Hubo momentos donde se celebró más el 25 de mayo que el 9 de julio y viceversa, por ejemplo en la época rosista el 9 de julio era más importante y en la década de 1820 con Bernardino Rivadavia fue al revés”, concluyó la especialista.