Humberto Correa, secretario de Derechos Humanos de la CGT colombiana, se refirió a la situación que están atravesando
El secretario de Derechos Humanos de la CGT de Colombia, Humberto Correa, quien debió escapar primero a México y ahora a Argentina por amenazas contra su vida, consideró que «el estallido» que significan las protestas en su país es producto de «un acumulado de años» y remarcó que el del presidente Iván Duque «ya es un Gobierno debilitado y totalmente desprestigiado».
Vicepresidente de la Unión de Trabajadores del Estado y los Servicios Públicos (Utradec) e integrante de la Confederación Latinoamericana y del Caribe de Trabajadores Estatales (Clate), Correa resaltó «el rol de los jóvenes, que están en la primera línea de combate» y que lograron que «la desigualdad ya sea visible en todo el mundo».
Correa evaluó que entre las causas de las protestas está el hecho de que en Colombia existe «una concentración de riqueza descomunal, lo que lo hace uno de los países más desiguales de América» y advirtió que «la ultraderecha necesita la guerra como discurso para ganar», aunque lo ayuda el «enorme analfabetismo político» de ciertos sectores.
En una entrevista con Télam, el sindicalista se manifestó seguro de que el uribismo, encabezado por el expresidente Álvaro Uribe y aliado de Duque, perderá las próximas elecciones y puso de relieve que, «con la excusa de la pandemia, el Gobierno armó una legislación de guerra pero la gente no la aguantó».
—¿Qué primera lectura hace de las movilizaciones de las últimas semanas en su país?
—Es impresionante ese paro tan valiente que está haciendo la sociedad civil, pero sobre todo los jóvenes, que son la primera línea de combate… Ya tumbaron a dos ministros: el de Hacienda (Alberto Carrasquilla), que era un intocable, un consentido del FMI y del BID, y la canciller (Claudia Blum). Va bien la cuestión. Duque ya aflojó algunos puntos. No negociados, pero sí consecuencia de la lucha callejera.
—¿Y a la hora de analizar las causas de este cuadro en qué piensa?
—El estallido es un acumulado de muchos años. Un país muy desigual, de los más desiguales en América, después de Haití, con una concentración de riqueza descomunal en pocas manos. Solo a Duque se le ocurre presentar una reforma en un año de pandemia, con 21 millones de personas en extrema pobreza, que quizás comen un vez al día, y con un 65% en la informalidad. Y hablamos de un país rico en recursos. Ese acumulado viene desde atrás. El Centro Democrático había avisado que haría trizas el acuerdo de paz (con las FARC), que estaba enderezando el país. Había tranquilidad, paz. Pero la ultraderecha necesita de la guerra para sobrevivir. Ya no tenía ese discurso de que todo lo que pasaba era por las FARC. No, es por la corrupción de este Gobierno, por los paramilitares…
—Poner la responsabilidad de algunos hechos afuera suele ser un mecanismo repetido.
—Es que ahora no son las FARC, ni (el presidente de Venezuela Nicolás) Maduro…Es la gente la que está peleando porque hay una deuda social inmensa con la población. Este presidente asfixió totalmente los jóvenes. Y debe sumarse la violencia del Ejército. Los jóvenes lo están haciendo con mucha dignidad y ya nos hicimos visibles para el mundo. El Gobierno se está debilitando mucho. Pero en su forma mediocre, el Gobierno hace que su represión crezca.
—¿Visualiza una salida a corto o mediano plazo?
—Hay que examinar esto casi día a día. El Gobierno dice que actúa de acuerdo a la ley y el primer punto es que no reconoce que están asesinando, no reconoce la violencia del Estado. Se debe desmilitarizar el conflicto y sacar al Esmad (fuerza antidisturbios), que tiene una tecnología que nadie tiene, traída desde Israel. Hasta los gringos salieron a pedir que paren la horrible noche. Y eso habla de cómo es la represión.
—¿Se puede cumplir el pliego de demandas del Comité Nacional del Paro?
—Hay muchos puntos que en el pasado se firmaron y se incumplieron, pero nunca se había dado una magnitud de lucha como ésta. Y la gente está dispuesta a exigir. Hubo una fortuna que se fue en corrupción, en supuestos trámites de emergencia para la pandemia. No se atendió la pandemia y Colombia es de los países más azotados. Tiene arriba de 70.000 muertos. El Gobierno está totalmente desprestigiado. Un analista decía que Duque tenía tres opciones de negociación: una, negarse, pero no pudo; otra, negociar, pero no ceder en nada; y la tercera, si la gente estaba muy movilizada, negociar y no cumplir. Y yo creo que va por esta. Pero ahí estará el arranque de la gente para hacerlo cumplir. Y más allá de todo, esto va a debilitar mucho al Gobierno. Ya todos saben que lo que se decía de él es cierto: que es un inepto, que el que gobernaba era Uribe…
—Bueno, las elecciones son una chance fuerte de cambio.
—Esto tiene que tener una consecuencia. Esperamos un Gobierno de izquierda. Podría darse por primera vez. (Gustavo) Petro estuvo muy cerca y no dudamos que hubo fraude. Y que a Duque lo financió el narcotráfico. Pero ahora tiene que haber un cambio. Las encuestas y los votos le dan bien a Petro, pero nosotros no hablamos mucho de él, porque si no largan el discurso del comunismo internacional, del castrochavismo. Hay mucho analfabetismo político todavía y tienen a gente que pasa hambre y miseria, que todavía cree en la gente de ultraderecha. Gente humilde, trabajadores, coptados totalmente. La palabra clave es analfabetismo político, y el terror que le meten. Todos los días el discurso de los líderes, de la prensa, es el miedo. La única forma de contrarrestar esto es con las redes sociales. Pero el cambio sí viene y el uribismo va a perder.
—¿Hay chances entonces de un gobierno de izquierda, o centroizquierda?
—Bueno, hay una coalición de Petro con varios partidos, el Pacto Histórico. Es muy fuerte. Petro es un caudillo que mueve mucha gente. Y hay otro grupo, de centro podríamos decir, en el que están (Sergio) Fajardo, (Jorge) Robledo, algunos liberales, la Coalición de la Esperanza. Pero ahí hay muchos que fueron parte de la oligarquía acomodada. Esa falsa izquierda y los verdes hicieron perder las últimas elecciones a Petro. Si hay consulta interna, Petro es sobrado candidato.