Damián Umansky, periodista especializado en política internacional, analizó la situación en la región ante la nueva escalada de violencia en Israel y Palestina
Por Gina Verona Muzzio
Hace algunos días, recorrieron el mundo noticias de nuevos bombardeos en Medio Oriente. Como tantas veces a lo largo de la historia, se reavivó el fuego entre Israel y Palestina. Otra vez, habrá cientos de víctimas inocentes de un conflicto que parece no tener fin. Para comprender un poco el trasfondo de la cuestión, CLG dialogó con el periodista especializado en política internacional Damián Umansky, quien consideró que “la razón fundamental de estos nuevos episodios de violencia es una herida abierta en un conflicto que no está resuelto”.
Si bien esta última escalada de violencia inició en un barrio puntual de Jerusalén oriental, donde tuvieron lugar los primeros disturbios y “tiene como telón de fondo la cuestión del desalojo de algunas poblaciones palestinas por la intención de colonos israelíes de ocupar esa zona y un disturbio en la mezquita de Al-Aqsa (que es una de las dos que se ven detrás del Muro de los Lamentos)”, Umansky consideró que para entender el conflicto que “ha arruinado la vida de palestinos e israelíes por generaciones”, es necesario ponerlo en un contexto histórico, incluso previo a la constitución del Estado de Israel en 1948.
“Hasta hace algunas semanas estábamos viendo con sana envidia como la sociedad israelí volvía a la normalidad, a una vida cotidiana pospandémica, después de lo que fue la exitosa campaña de vacunación. La gente sin barbijo en la calle, pensando en una nueva vida. Sin embargo, una semana después estábamos hablando de lluvia de misiles, de evacuación de los domicilios, de guerra”, relató Umansky, quien recientemente entrevistó a un colega israelí y le consultó si había algún indicio en ese tránsito hacia la nueva normalidad de la situación que la región vive actualmente. “Me dijo que para nada, sí que había algunas tensiones puntuales, pero nunca pensaron en esta guerra, que en ninguna parte del país se está a salvo”, dijo.
Un poco de historia
Hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1917, Palestina estaba bajo dominio territorial de lo que era el Imperio Otomano o Imperio Turco. Al terminar la Guerra, quedó en manos de los Aliados, entre Francia e Inglaterra se dividieron las conquistas. “La superficie de Palestina es menor o similar a la provincia de Tucumán y esa parte del mundo, donde vivían árabes y algunas colonias menores de judíos, quedó bajo mandato británico pero sin una entidad nacional definida”, explicó el analista.
Por esos años, tanto franceses e ingleses ven con buenos ojos “la constitución de lo que llamaban ellos un hogar nacional judío en Palestina, que es lo que hoy conocemos como Israel y donde puedan convivir árabes y judíos”. También la Sociedad de Naciones, antecesora de las Naciones Unidas, “dio un veredicto en sintonía con esto”, indicó Umansky.
En este panorama, Jerusalén se conformaba como espacio neutral y ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas: para árabes, judíos y cristianos. “Sin embargo, a principios de la década del ’30 se empiezan a generar los primeros enfrentamientos entre etnias que convivían pacíficamente hasta ese momento, porque empieza a haber disputas sobre el control territorial. Esto ponía a Jerusalén como uno de los principales puntos de discordia”, relató el periodista.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, con las terribles consecuencias del Holocausto para el pueblo judío, gran parte de esa comunidad comenzó a buscar esa parte del mundo “como un refugio ante las persecuciones en Europa, crece la población israelí y el conflicto se va haciendo cada vez mayor”.
Dos años después de la Guerra, las Naciones Unidas hacen lo que se denomina la declaración de la partición de Palestina. Según comentó Umansky, esto significaba que “la mayoría de los países opinaban que tiene que dividirse Palestina en dos: parte para los árabes, parte para los judíos. Y Jerusalén persiste como un territorio sagrado, neutral”.
Un dato de color y situación inédita fue que, “en un marco muy particular como es la Guerra Fría, es el único momento en que soviéticos y estadounidenses coinciden en que la cuestión de ver un Estado judío, un Estado cuya población provenía fundamentalmente de Europa con ideas de Occidente, pero también fuerte ideología socialista, de algunas oleadas inmigratorias, porque muchos venían de Rusia”.
Cuando en 1948 se levantó el Estado de Israel, ya comenzaron a vivirse los primeros conflictos, en forma cotidiana. “Fundamentalmente, con los países vecinos: Jordania, Siria, posteriormente Líbano, Egipto también”, detalló Umansky.
Y agregó: “Otro punto bisagra es en 1967, después de la Guerra de los Seis Días, en los que Israel con el apoyo de algunas fuerzas occidentales conquistó la Península de Sinaí, perteneciente a Egipto; las Alturas del Golán, en el límite con Siria; la Franja de Gaza, que también era territorio egipcio en ese entonces; Cisjordania, que es un territorio que divide Jordania de Israel, donde están las tumbas de los patriarcas bíblicos: Abraham, Isaac, Jacobo y fundamentalmente Jerusalén oriental. Hay una población importante que queda en estos territorios, fundamentalmente en Gaza, en Cisjordania y en la propia Jerusalén Oriental que son los que conocemos como palestinos”.
“Con el nacimiento de la Organización para la Liberación de Palestina y la irrupción de movimientos y milicias armadas denominadas terroristas, comienzan estos conflictos incesantes a lo largo de la historia y, hasta el día de hoy, entre palestinos e Israelíes”, ahondó.
La actualidad
El analista político recordó a CLG que desde 2014 no se veía una situación tan álgida, si bien se han desarrollado en las últimas décadas innumerables escaladas de violencia. “Es un conflicto latente. Independientemente de que pueda tener un alto al fuego en los próximos días o en las próximas horas, el conflicto va a seguir”, aseguró.
“Soy poco optimista de que se generen a partir de todas estas situaciones que estamos viviendo las condiciones para un acuerdo de paz. Obviamente uno quiere apelar a eso y es la expectativa que tienen muchísimos israelíes y muchísimos palestinos que quieren vivir en paz”, dijo Umansky consultado por la posibilidad de una próxima salida a este conflicto.
Si bien en Israel conviven gran cantidad de árabes-israelíes y judíos-israelíes en paz; si bien en las escuelas es de enseñanza obligatoria tanto el hebreo, como el inglés y árabe; y los carteles y los billetes están en todas las lenguas, el conflicto ha calado tan hondo que “estamos viendo que en diferentes ciudades israelíes, principalmente en la ciudad de Lod, cercana a Tel Aviv, se están dando enfrentamientos con connotación de guerra civil entre árabes-israelíes y judíos-israelíes precisamente por este conflicto puntual”, indicó Umansky.
“Ha calado hondo en la propia entraña de la sociedad israelí, ha tenido repercusiones internas, ya no por fuera de la frontera israelí o en los territorios en litigio, si no que se está dando en las ciudades donde conviven desde hace muchísimos años y de manera pacífica israelíes y árabes. Hay matrimonios entre árabes-israelíes y judíos-israelíes, hay compañeros de trabajo, en las escuelas hay alumnos”, agregó.
Y finalizó: “Más allá de que hay esfuerzos de Egipto, de EE.UU. e incluso la Otán, que quería intervenir para negociar, si no se plantea una solución de fondo, es muy complicado. Hoy por hoy, no se aprecia que estén las condiciones dadas”.