En la enseñanza, en el tercer trimestre de 2020 el 58,4% de las y los trabajadores del sector trabajó de manera remota (a partir del uso de equipos informáticos desde la propia vivienda)
Enseñanza, finanzas y servicios profesionales son los sectores que más se adaptaron al teletrabajo en el último año, según un informe “Evolución del trabajo remoto en Argentina desde la pandemia» del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI) del Ministerio de Desarrollo Productivo.
En la enseñanza, en el tercer trimestre de 2020 el 58,4% de las y los trabajadores del sector trabajó de manera remota (a partir del uso de equipos informáticos desde la propia vivienda), cifra que casi quintuplicó la media nacional (12,9%), destacó el informe.
En el otro extremo, el servicio doméstico, la construcción y hoteles y restaurantes fueron los que, por las características propias de estos sectores, menos pudieron migrar a la virtualidad.
En tanto, la industria manufacturera también presentó un bajo nivel de ocupación remota, solo limitado a algunas tareas que son minoritarias comparadas con el grueso del empleo del sector -las administrativas- que requiere de la presencialidad en las plantas fabriles.
El “teletrabajo” o “trabajo remoto” necesita para su implementación dos condiciones: trabajar fuera del espacio “tradicional” de la tarea (en este caso, poder trabajar desde la vivienda) y la utilización de medios informáticos para su realización, aclaró el informe.
Para el primer trimestre de 2020 la cantidad de ocupados «teletrabajando» desde sus casas era de sólo 1,8%; pero el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) obligó a muchos a reconvertirse; así en el tercer trimestre esa cifra trepó a 12,9%.
Enseñanza fue el sector que mayor reconversión al teletrabajo experimentó, al pasar de cifras prácticamente nulas en la prepandemia a 58,4% en el tercer trimestre de 2020; mientras que el sector financiero pasó de 3,9% a 30,7%; seguido por servicios profesionales (23,1% de teletrabajadores en el tercer trimestre), minas y canteras (19,1% de teletrabajadores) y administración pública y defensa (15,1%).
En el otro extremo, ramas como el servicio doméstico, hoteles y restaurantes y la construcción tuvieron una prácticamente nula reconversión al teletrabajo, y tuvieron a menos de 1% de sus trabajadores operando de forma remota; y en la industria la conversión fue reducida, al pasar de 1,2% de los trabajadores a 4,2%.
El informe del CEP XXI también evidenció una alta capacidad de reconversión al teletrabajo en los puestos ocupados por personas con elevado nivel educativo, y otra reducida en aquellos ejercidos por quienes cuentan con estudios secundarios incompletos.
Así, en quienes tienen estudios superiores completos y no trabajan en el sector educación, la cifra llegó a un récord de 31,7% en el segundo trimestre (luego bajó a 23,3%); en cambio, en quienes no terminaron la secundaria esa cifra rondó apenas 1%.
A nivel intrarregional, la mayor tasa de teletrabajo se observó en CABA, en donde en el tercer trimestre 26,2% de los ocupados lo hizo de modo remoto (más del doble que la media nacional); en cambio, en regiones como el NOA y el NEA fue inferior a 10%.
El mayor teletrabajo en CABA tiene que ver con una mayor especialización en servicios (más teletrabajables) y una mayor predominancia de ocupados de alto nivel educativo.
Por otra parte, en la pandemia ambos géneros incrementaron la cantidad de teletrabajadores, aunque más las mujeres que los varones: en el tercer trimestre la tasa de teletrabajo alcanzó a 18,7% en las mujeres, contra 8,4% en los varones.