La ficción de Netflix regresa para contar la historia de la famosa cantante de tex-mex, cuyo final es trágico
Por Mario Luzuriaga
Luego de una exitosa primera temporada donde el público ve el ascenso de esta gran artista, ahora Selena está en su momento profesional y personal.
En esta segunda temporada, el guión se centra más en la estrella de tex-mex, y su papá, quien había tenido un rol más protagónico en la primera temporada, pasa a segundo plano. Felizmente. Por supuesto, continúa siendo un padre protector que la cuida, pero la deja crecer. Definitivamente es un acierto que la historia se centre más en Selena y no tanto en la familia Quintanilla, porque los televidentes buscan conocer más sobre ella, cómo era y qué pensaba. Cosas que no se pueden descifrar solo con sus canciones y conciertos.
Otro de los aciertos de esta segunda parte, es que muestran más sobre la relación que tuvo con Chris Pérez (Jesse Posey), su amor prohibido, y con quien se casó en secreto. La historia de amor que se muestra en pantallas permite conocer el lado humano de la estrella y lo importante que era para ella hacer que su matrimonio funcione.
El desempeño de Christian Serratos, quien encarna a la cantante, es impecable y el guión también se presta para que la actriz californiana muestre al menos un poco de los conflictos de la cantante, sus sueños e inseguridades.
Calificación: Buena.