Las grandes farmacéuticas están en contra de liberar las patentes de las vacunas porque argumentan defender la innovación
El control de los grandes laboratorios productores de las vacunas contra el coronavirus «llevó a este escenario de escasez y exclusión que hace prever que la pandemia siga varios años», alertó el asesor de Médicos Sin Frontera (MSF), Felipe Carvalho, quien, aunque calificó de «histórica» la decisión de Estados Unidos de apoyar una exención temporal de la propiedad intelectual, anticipó un efecto rebote en la Unión Europea y Brasil que todavía se oponen.
La propuesta por un levantamiento temporal de las patentes fue presentada en octubre por India y Sudáfrica dentro de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y, tras varios meses de escasos avances, el gobierno de Joe Biden anunció ayer que suma su respaldo, lo que le metió presión a otras naciones desarrolladas, sedes de las farmacéuticas, que rechazan esa opción.
«Es una decisión histórica y muy importante. En las últimas semanas la representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, ya había dicho que las soluciones de mercado no estaban funcionando y que la inequidad actual es inaceptable», explicó a Télam Carvalho, coordinador para Latinoamérica de la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF.
El referente brasileño aclaró que la exención «no es una solución mágica», pero opinó que, «si no se eliminan estas barreras legales, no salimos de donde estamos ahora, con un excesivo control de las empresas de los precios, los plazos y la tecnología».
«Este control llevó a al escenario actual de escasez y exclusión de vacunas y nos pone en riesgo de que la pandemia siga por varios años más», añadió el representante de la ONG, presente en 70 países y que desde el año pasado reclama a los laboratorios y los Gobiernos a que levanten las patentes de los fármacos y testeos ante la emergencia global.
Carvalho anticipó, además, que la decisión de Estados Unidos provocará un respaldo de otros países, lo que ya ocurrió con Francia, Rusia y Nueva Zelanda.
«Es importante que este movimiento llegue también a Latinoamérica, porque aún hay muchos oponiéndose. Los pocos que la apoyan son Argentina, Bolivia, Venezuela y algunos de países de América Central», resaltó.
«Brasil está abiertamente en contra, mientras que Chile, Colombia y Ecuador vienen repitiendo cuestionamientos que en la práctica significa dilatar el debate. Y otros están en silencio como Paraguay y Uruguay», precisó.
El caso de Brasil es relevante por el peso en la región y por ser uno de los más afectados en el mundo por el coronavirus, además del significado político asumido por el Gobierno de Jair Bolsonaro de ir en una dirección contraria al resto de sus socios en el Brics, el bloque que comparte con Rusia, China, India y Sudáfrica.
«Hay mucha presión interna en Brasil: parlamentarios y representantes de la sociedad civil que demandan un cambio de posición. Brasil está cada vez más aislado a nivel internacional, y más ahora con este cambio de posición de Estados Unidos», indicó el asesor de MSF.
Las decisiones en la OMC se realizan por consenso, por lo que la exención temporal no va a avanzar mientras se mantenga el rechazo de Reino Unido, Suiza y la Unión Europea, que hoy a través de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, realizó una declaración bastante tibia sobre su posicionamiento, a diferencia de Alemania que reafirmó su oposición.
Las grandes farmacéuticas también están en contra con argumentos que van desde una defensa de la innovación a afirmar que la suspensión de las patentes no va a incrementar la producción global de fármacos.
«Si esta propuesta no va a cambiar nada por qué están tan preocupadas de expresar su rechazo», respondió Carvalho y añadió: «Hay productores de países como Canadá, Israel, Bangladesh e India que declararon que tienen capacidad y conocimientos técnicos para fabricar vacunas como la de Johnson & Johnson, pero no logran tener acceso a las informaciones técnicas ya que las empresas no están interesadas en tercerizar la fabricación».
«El tema es que los laboratorios no quieren perder el control de las tecnologías, pero compartir el conocimiento es necesario en esta emergencia de salud pública», apuntó.
El activista recordó que «las vacunas fueron desarrolladas principalmente con fondos públicos y con ensayos clínicos en los que participaron voluntarios de varios países, por lo tanto deberían ser un bien público».
«Al principio de la pandemia los países hablaban de las vacunas como bienes públicos globales. Esto lo decían (el presidente francés Emmanuel) Macron, (la canciller alemana Angela) Merkel, entre otros, pero cuando empezó la discusión en la OMC fue evidente el lobby de las farmacéuticas», criticó.
El debate sobre la propiedad intelectual va a seguir en reuniones informales en el seno del organismo multilateral con sede en Ginebra, Suiza, previstas para la segunda quincena de este mes.
Los más de 100 países que la apoyan se comprometieron a modificar parte de la propuesta original con el objetivo de lograr un consenso en una votación prevista para principios de junio.